Desde hace ya algunos años, Mallorca se ha convertido en el enclave de moda para muchas parejas foráneas que desean casarse aquí, así como por supuesto también para las originarias de la isla. A lo largo del último lustro, ha habido en nuestra tierra enlaces tan populares como los de Rafa Nadal, Joey King, Nathan Aké, Chenoa, Marco Asensio o Mafalda de Bulgaria, entre otros. Todas estas bodas han tenido además en común que no han sido precisamente económicas, pero, por suerte, el abanico de precios para la mayoría de novios puede llegar a ser muy amplio si quien decide desposarse en sa roqueta no es famoso ni especialmente millonario.
Decía San Agustín en una de sus sentencias más famosas que "casarse está bien, pero no casarse está mejor", mientras que el maestro Enrique Jardiel Poncela afirmaba sobre esta cuestión que "el patrimonio es un conjunto de bienes y el matrimonio es un conjunto de males". Más contundente era aún el gran Groucho Marx, quien consideraba que "el matrimonio es la principal causa de divorcio". Dicho esto, también es cierto que existen muchas otras máximas que, en cambio, se pronuncian claramente a favor de la institución matrimonial, lo que explicaría, al menos en parte, por qué todavía hoy se sigue casando tanta gente, en especial en Mallorca.
En ese sentido, una vez que dos personas han tomado ya la decisión de casarse, bien podría decirse que las opciones de organización de una boda son casi infinitas, por lo que el posible coste de cada casamiento puede variar también mucho. Así lo corrobora Anna Noguer, quien junto con Maria Antònia Reus creó a finales de 2017 Duo Estudi, una reconocida empresa mallorquina organizadora de eventos, que en estos últimos años se ha centrado sobre todo en el ámbito de los enlaces matrimoniales.
"Es muy complicado poderle ofrecer a priori presupuestos concretos, porque son muchas las variables que pueden intervenir en la organización de una boda", explica Noguer, para añadir: "Por ello, los precios que le facilitaré son meramente orientativos". Dichos precios no incluirán ni el coste del traje de los novios ni el importe de la luna de miel, porque son dos cuestiones que dependen casi exclusivamente de encontrar un buen modisto, contactar con una acreditada agencia de viajes y disponer de una muy potente y abultada chequera.
Para poder entender un poco mejor las particularidades de cada celebración, Noguer pone un ejemplo muy claro y muy gráfico. "Si un día vas a un restaurante a comer un menú o un bistec, el precio está en la carta y ya sabes qué pagarás exactamente, mientras que cuando hablamos de la preparación de un evento como este, las posibilidades son muy amplias, ya que el coste dependerá, entre otras cosas, del lugar donde hagas la boda, de los platos que prefieras o de las flores que elijas", subraya.
Partiendo de esa premisa, cuando una pareja acude a Duo Estudi, lo primero que hace nuestra interlocutora es preguntarle qué tipo de enlace concreto desea, es decir, si por ejemplo quiere hacer el convite en una finca mallorquina o en una sala de un restaurante, o si la ceremonia será religiosa o civil, entre otras cuestiones. "A partir de ahí, nosotros desarrollamos un presupuesto aproximado, atendiendo a los gustos de cada pareja", prosigue.
DIVERSAS OPCIONES
Teniendo en cuenta todos esos condicionantes previos, Noguer ofrece a mallorcadiario.com tres posibles presupuestos orientativos, uno muy económico, otro de tipo medio y otro ya casi sólo reservado para quienes tengan una capacidad adquisitiva muy parecida a la de las grandes estrellas de Hollywood o de La Liga. En estos tres supuestos, se parte de la base de que el número total de invitados sería aproximadamente de un centenar.
En el primer supuesto, el de una boda básica normal, el precio del casamiento oscilaría entre los 22.000 y los 25.000 euros en total. Un hecho a destacar en este contexto es que en las celebraciones más económicas los futuros contrayentes normalmente no suelen ponerse en contacto con ninguna wedding planner, sino que son ellos mismos los que se ocupan personalmente de prepararlo todo.
Noguer confirma, por otra parte, que en cualquier desposorio el cátering "es siempre la partida más cara", con independencia del tipo de unión de que se trate. En el caso de la citada boda básica normal, "estaríamos hablando de un coste de unos 150 euros por persona por lo que se refiere sólo al banquete". Este sería uno de los precios más baratos, que aun así incluiría un aperitivo, unos entrantes, el plato principal, el postre y posteriormente barra libre.
Dicho aperitivo estaría conformado por entre siete y diez piezas, mientras que el plato principal podría ser una merluza con algún tipo de salsa, una fuente de canelones de pollo asado con trufa o un solomillo de ternera. En cuanto al postre, podría haber tarta de queso, gató de almendra o coulant de chocolate. De hecho, hoy en día ya casi nadie recurre a la tradicional y espectacular tarta de boda de varios pisos que había décadas atrás. "Es algo que poco a poco se ha ido perdiendo", indica la codirectora de Duo Estudi.
El coste último de esta boda básica normal puede variar, además, en función de si los novios prefieren que la celebración sea en una finca o en un restaurante. "Si escogen una finca, el precio mínimo para poder llevar a cabo la ceremonia en ese espacio oscilaría entre los 2.000 y los 3.000 euros", señala Noguer. Por otro lado, no hay que olvidar que en todos estos eventos se necesitan también un fotógrafo, que en este ejemplo concreto podría costar unos 1.000 euros, y un disc-jockey, que podría percibir en este caso unos 600 euros. A partir de ahí, ya podemos empezar a bailar a los sones de algún bolero, de alguna balada romántica, de algún gran éxito pop-rockero de los ochenta o de algún reguetón.
OTROS PRECIOS
En el supuesto de una boda de tipo medio, que suele ser la más habitual, estaríamos hablando de un presupuesto global de entre 45.000 y 50.000 euros. En el marco de este segundo supuesto, los contrayentes suelen contratar ya a una wedding planner, cuya tarifa puede oscilar aproximadamente entre los 3.500 euros y los 6.000 euros. "Una wedding planner lo organiza absolutamente todo, pues su objetivo es que la pareja que se va a casar tenga un solo interlocutor", destaca Noguer.
Asimismo, explica que en una boda de tipo medio el coste del cátering sería, de media, de unos 200 euros por persona. En este caso, el banquete nupcial estaría integrado también por un aperitivo, unos entrantes, un plato principal, un postre y barra libre con posterioridad, si bien el plato principal podría ser ya un bogavante con huevos rotos o una fuente de carrilleras de ternera con salsa de vino, entre otras opciones. En cuanto al posible alquiler de una finca para celebrar dicho ágape, la tarifa del arrendamiento se situaría en este caso en torno a los 5.000 o los 6.000 euros, mientras que la contratación del fotógrafo ascendería a unos 2.500 o 3.000 euros.
El amor es el amor, como canta Sweet California, así que estos elevados precios no parecen ser, en principio, especialmente disuasorios para los verdaderos enamorados. De hecho, en la actualidad no sólo se casa cada vez más gente en nuestra isla, sino que además lo hace ya casi en cualquier mes. Así, si hasta hace poco la temporada de bodas en Mallorca era desde mayo hasta octubre, "desde hace unos años esta tendencia ha ido cambiando y se ha ido ampliando la temporada, por lo que ahora hay bodas desde marzo hasta noviembre, e incluso hay gente que se casa en diciembre".
En consecuencia, conviene ser hoy un poco previsor a la hora de fijar una fecha concreta para dar solemnemente el "sí, quiero" ante nuestros familiares y amigos. De ahí que haya parejas que se pongan ya manos a la obra con uno o dos años de antelación, sobre todo si son extranjeras. "Si usted se quisiera casar en este 2024, lo tendría ya un poco difícil, pues ahora mismo hay muchísima demanda, por lo que a lo mejor tendría que esperar hasta el próximo año", corrobora Noguer con una sonrisa.
Otra circunstancia que también ha ido cambiando poco a poco con el tiempo es que hoy en día las parejas suelen casarse mayoritariamente entre los 30 y los 35 años. "Ya no es como antiguamente, en que muchos novios se casaban poco después de cumplir los 20 años", recuerda. En caso de que se trate de unas segundas nupcias, suele ser relativamente habitual que haya parejas que se casen con 50 o 60 años. Aquí sí que se cumple completamente aquello de que el amor no tiene edad.
UNA DECISIÓN IMPORTANTE
En el tercer y último supuesto, el de un himeneo de postín, "no hay un límite económico específico prefijado para cada celebración, pues el importe dependerá de lo que cada pareja se quiera gastar", reconoce Noguer, quien recuerda que ha habido contrayentes extranjeros que han llegado a pagar en total en torno a un millón de euros. "Piense que alquilar algunas fincas concretas puede tener casi el mismo coste que comprar una casa", resume. En ese sentido, el citado arriendo puede llegar a valer unos 200.000 euros. Puede haber, por otra parte, parejas que quieran gastar 60.000 euros en flores o que deseen llegar en helicóptero a la finca que han elegido.
Más allá de todos los precios y de todos los supuestos citados hasta ahora, quizás no esté de más recordar que el hecho mismo de casarse, ya sea por la iglesia, en un ayuntamiento o en una notaría, tiene también un coste. Así, si la ceremonia es religiosa, la pareja que se casa suele pagar de media entre 400 y 600 euros a los párrocos de las iglesias más emblemáticas de la isla o que están más solicitadas. En el resto de parroquias, los novios suelen hacer una aportación o un donativo de carácter voluntario.
Si una pareja decide, en cambio, desposarse en un consistorio, el dinero que deberá pagar variará en función del las tasas nupciales establecidas en el municipio en donde se case. Por suerte para los futuros cónyuges, dichas tasas suelen ser, en general, algo más económicas que las del IBI o del IAE. Veamos cuatro ejemplos concretos en ese sentido. En el caso de Palma, la ceremonia nupcial en Cort cuesta 74,26 euros para los residentes y 159,14 euros para los no residentes. La otra opción posible en Ciutat, que es la de casarse en el Castell de Bellver, cuenta con una tarifa de 159,14 euros para quienes viven en Palma y de 424,36 euros para quienes viven fuera del municipio.
Por lo que se refiere al Ajuntament de Calvià, si se es residente, la boda tiene un coste de 75 euros en el salón de plenos y de 150 euros en los jardines del consistorio. Para los no residentes, el coste en un espacio y en otro es de 150 euros y de 300 euros, respectivamente. Por otra parte, si el regidor se desplaza y la boda es fuera del ayuntamiento, la tarifa es de 75 euros para los residentes y de 150 euros para quienes no lo son.
En la hipótesis de que una pareja decida unirse en el Ajuntament de Llucmajor, si dicha pareja es residente, el enlace es gratuito si se celebra en el salón de plenos y cuesta 115 euros si tiene lugar en el Claustre de Sant Bonaventura. En cambio, si la citada pareja no es residente, tendrá que pagar 115 euros en el primer espacio y 250 euros en el segundo espacio. Por último, por lo que respecta al Ajuntament de Marratxí, si eres residente, no tienes que pagar nada por casarte en el consistorio, mientras que si no eres residente, tienes que abonar 110 euros.
EN LA NOTARÍA
Una tercera opción es la de casarse en una notaría. Así lo confirma a mallorcadiario.com el prestigioso notario Álvaro Delgado. "El coste global en este caso se situaría entre los 350 euros y los 400 euros", explica. De ese total, "entre 200 y 250 euros corresponderían a la tramitación del expediente matrimonial y los restantes 150 euros se abonarían por la ceremonia del casamiento en sí". Se trata de una tarifa oficial del Ministerio de Justicia, que puede variar un poco entre esos márgenes por la complejidad del expediente o la cantidad de documentación que sea necesario aportar, a veces procedente del extranjero.
Delgado recuerda que en 2015 se aprobó la Ley de Jurisdicción Voluntaria, que permitió el traspaso a los notarios de determinadas competencias que antes eran sólo de los Juzgados, para descargarles de trabajo en temas no contenciosos. Esta nueva norma legislativa posibilitó en una primera fase que los notarios pudieran casar, y en una segunda fase, ya vigente, que puedan también ocuparse del preceptivo expediente matrimonial.
"El expediente matrimonial tiene que hacerse siempre, bien en un juzgado, bien en una notaría", aclara, para añadir: "Es cierto que en el juzgado esta tramitación es gratuita, pero también es verdad que normalmente tienes que esperar varios meses desde que te dan cita hasta que te entregan el citado documento".
Cuando unos novios van al notario, "tienen la ventaja de que no tienen que ir a ningún otro sitio; en cambio, si se casan por la iglesia o en un ayuntamiento, tienen que acudir antes al juzgado a tramitar el expediente matrimonial". Por tanto, resume Delgado, las parejas que acuden directamente a una notaría "realizan toda la tramitación por un coste razonable y ahorran muchísimo tiempo".
Se case uno donde se case, dos de los deseos prioritarios de casi cualquier pareja posiblemente sean, precisamente, no gastar en exceso y ahorrar el máximo de tiempo posible en la mayoría de gestiones. Una vez cumplidos ya estos dos anhelos, el siguiente paso será finalmente la propia boda en sí y el inicio de una nueva y provechosa existencia en común, pues como escribió el gran aforista alemán Georg Christoph Lichtenberg, "el amor es ciego, pero el matrimonio le restaura la vista", una sentencia que seguramente también podría ser válida para quien tenga ya planeada ahora mismo una gran boda mallorquina.