Sánchez abandona la democracia

Hasta aquí podíamos llegar. El presidente del Gobierno en funciones ha anunciado un acuerdo con Junts y ERC no sólo para elaborar una Ley abiertamente inconstitucional que amnistíe a los encausados por el procés, sino que incluso lo hará con procesados por corrupción y terrorismo. Ello significa suspender las funciones del poder judicial y situar al ejecutivo fuera de la Constitución y la democracia.

Ahora sus palmeros tienen la ardua labor de convencer al vulgo de las bondades de esta tomadura de pelo insidiosa. Primero nos dijeron que el PSOE jamás pactaría con los independentistas y los herederos de ETA, después afirmaron que los delincuentes condenados por el Tribunal Supremo deberían cumplir con la sentencia, después nos vendieron que el indulto era para garantizar la convivencia, ahora nos quieren hacer tragar que la amnistía acabará con el conflicto territorial y mañana nos colarán un referéndum para arrodillarse definitivamente ante el nacional-populismo catalán ante el que han sucumbido. Todo ello implica sacrificar el Estado de derecho con un único fin: la investidura.

Pretender camuflar este hecho es insultar a sus votantes y a los mandos de un partido que con la cabeza gacha y la vergüenza de por vida aplauden hoy aquello que ayer condenaban. Sánchez ha degradado el cargo a niveles nunca explorados en democracia. Cuando con su característica soberbia anunciaba la amnistía “en nombre de España” estaba en realidad diciendo en público que aniquilaba la separación de poderes para ser investido y sobrevivir políticamente. Su horizonte es exactamente ese: sobrevivir cueste lo que cueste, aunque a su paso no quede atisbo del consenso que una vez nos dimos los españoles. Sánchez ha dinamitado todos los puentes con la democracia para avanzar hacia el totalitarismo. Su partido está arrasado, no hay voces valientes ni críticas, todos cierran filas en torno al líder para que no les quite las migajas con las que sobreviven indecentemente.

Una cosa es llegar a consensos y acuerdos políticos y otra muy distinta es retorcer la Constitución para satisfacer los delirios de un ególatra. La materialización de la infamia vendrá oportunamente avalada por un Letrado Mayor del Congreso con carnet del PSOE puesto a dedo 48 horas antes de presentar la Ley ante la cámara baja. En el modelo de España que está construyendo el sanchismo sólo habrá cuatro salidas: ser funcionario, por tierra, por mar y por aire.