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Isabel Alabern von Rosen: una lección de psicología
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Isabel Alabern von Rosen: una lección de psicología

viernes 27 de octubre de 2023, 11:09h

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Para esta entrevista, nos citamos en la cafetería del Hotel Spa Oasis Son Caliu de Palma Nova. Un hotel de diseño elegante que combina el mobiliario clásico con la modernidad. Un refugio para relajarse y una espectacular atalaya frente al Mediterráneo…

La protagonista es, Isabel Alabern von Rosen, psicóloga infantil y juvenil, nace el 8 de agosto de 1974, el mismo día en que Richard Nixon, anunciaba su renuncia a la presidencia de los Estados Unidos por su implicación en el caso Watergate. El mismo año en que un agricultor chino encontró trozos de arcilla cocida roja mientras excavaba para hacer un pozo de agua. Sería el primero de los Guerreros de Terracota, lo que se convertiría en el hallazgo más trascendente del siglo en China, en Francia se inauguraba el aeropuerto Charles de Gaulle, en Brighton el grupo musical ABBA se hacía con el Festival de Eurovisión, a Ecuador llegaba Teleamazonas el primer canal de televisión de imágenes a color, en Nepal las primeras mujeres en la historia ascendían una montaña de más de ocho mil metros, un grupo de alpinistas japonesas que encumbraba el monte Manaslu, Helmut Schmidt juraba cargo como nuevo canciller de Alemania, en Portugal, la Revolución de los Claveles permitió acabar con la dictadura y restaurar la democracia, el huracán Fifi arrasaba Méjico y Centroamérica, ese año también nacían Amy Adams, Robbie Williams, Ismael Serrano, Alex Corretja, Penélope Cruz, Laura Pausini, Hilary Swank y Leonardo DiCaprio.

Con el fin de situarnos, permítame empezar esta entrevista conociendo algunos recuerdos de su infancia.

Voy a escoger dos que para mí son significativos… Julia, que trabajaba en casa y era como mi otra madre, me enseñó a ser mejor persona, a valorar las cosas, me corregía para que no me conformase con haber acabado un trabajo, debía hacerlo perfecto. Recuerdo un día que estaba haciendo una bufanda de lana y esperó a que acabase. Había pasado un hilo por donde no correspondía y la desmontó por completo para que volviese a empezar. Yo era joven y no entendía esta rigurosidad, hasta que pasa el tiempo y le das valor. En la finca donde vivía comíamos productos propios del campo, frutas, verduras, sobrasada, confituras, huevos… y había cierto tipo de alimentos que casi nunca entraban en casa, como por ejemplo la crema de cacao Nocilla. Un día, con varias amigas, cogimos a escondidas uno de esos botes y nos comimos una parte a cucharadas, todavía recuerdo el placer de saborear aquella delicia. Por miedo a que nos pillaran, escondimos el resto del contenido en unos matorrales. ¡Qué inocentes éramos! Al ir a recogerlo, estaba infestado de hormigas.

¿Cuándo empieza su afición por la psicología?

Desde los doce años veía claramente que me quería dedicar a temas de diseño y que tuvieran relación con el arte. Pero la vida te depara otros planes y, tras dejar otras dos carreras, acabé empezando Psicología después de asistir a varias clases como oyente. Simplemente me fascinó desde el primer momento. Supongo que mi curiosidad desde pequeña por conocer por qué pasan las cosas, se encontró con el reto de intentar entender a las personas. Eso fue demasiado tentador.

Al pronunciar la palabra psicología me viene a la mente (nunca mejor dicho) el nombre de Sigmund Freud a quien apodaron; el padre del psicoanálisis. Sin duda el neurólogo ha trascendido como una figura intelectual del siglo XX, por sus trabajos en esta especialidad. ¿Cuál es para usted la principal aportación de Freud?

Sí, seguramente Freud es la figura más conocida de la psicología para la mayoría. Aunque hoy día sus teorías han sido superadas, matizadas, rehechas y hasta ridiculizadas, hay que decir que fue uno de los primeros (al menos a gran escala) en darnos a conocer que la mente no está compuesta de una única unidad indivisible que trabaja de una sola manera, sino que es algo más amplio y complejo, y en la que intervienen todo tipo de sistemas que van creándose a lo largo de la vida. Recalcó el poder de las vivencias tempranas, de cuando la mente del niño está en proceso de formación. También puso nombre a conceptos psicológicos que antes sólo habían sido tomados en cuenta por la filosofía. Intentó, junto a otros y a su manera, hacer ciencia sobre algo tan intangible como son los procesos mentales, dándoles una explicación de carácter racional y entendible para todos. La psicología, en gran parte, aceleró sus pasos gracias a él, aunque en ocasiones fuera con la intención de desmentirle.

Una vez realizados sus estudios ¿Qué decisión tomó?

Cuando acabé la carrera de psicología ya sabía que quería focalizarme en el trabajo con niños y adolescentes. Me parecía fascinante el transcurso de creación que se lleva a cabo en el cerebro en los primeros años de vida, así como el cambio que sucede en la época de la adolescencia. Además pensaba que en ese punto, era donde mi labor podría ser más útil. Cuando pregunté cómo podía especializarme, me aconsejaron leer y trabajar mucho para ir descubriendo los procesos implicados. Hace más de veinte años no había tantos cursos especializados en este campo y los psicólogos trataban todo tipo de casos sin importar demasiado la edad. Me centré en averiguar cómo funciona la mente de un niño, cómo aprende, qué podemos hacer para que el proceso sea beneficioso para él y un bonito camino para los padres.

¿Cuál es su visión perimetral cómo psicóloga de niños?

La psicología infantil, en mi opinión, debe basarse en el aprendizaje (a todos los niveles) del niño. Se debe trabajar en la mayoría de ocasiones con los padres, enseñándoles porqué sus hijos se comportan de una u otra manera, para que sean ellos los que apliquen a diario esos conocimientos y saquen el mayor provecho de esta aventura. En la infancia se forman los cimientos de lo que será la persona a lo largo de su vida. Y eso es decisivo. Además debe de ser poco complicado y ameno, fácil de llevar en nuestro día a día.

¿Cómo es, un primer contacto entre un niño o un adolescente y usted?

Cuando empecé a trabajar, mi primera sesión con los niños solía ser yendo a tomar un helado o jugando en la consulta. Así podía observar y al mismo tiempo este sistema creaba el vínculo necesario para avanzar y para que me tuvieran confianza. Con el tiempo he ido desarrollando otros procedimientos de interaccionar. Pero lo importante es pasarlo bien. Los niños aprenden a través del juego y prestan atención cuando algo es divertido. La primera visita es determinante porque si no funciona bien no querrán volver. Si les enseñas cosas divertidas y estimulas su curiosidad, el resto es muy sencillo. Yo aprendo de ellos cada día.

¿Existe una edad, un motivo, algún gesto habitual?

No hay una edad determinada, sino una situación a la que dar solución. He atendido a pacientes que estaban a punto de ser padres, con el fin de asesorarles y hacer las cosas lo mejor posible desde un primer momento. El niño aprende desde el primer día de vida, así que desde el minuto uno disponer de los conocimientos para disfrutar de ello, en vez de dudar si lo hago bien o mal, se convierte en una gran ventaja. Los motivos más habituales por los que vienen a consulta suelen tener que ver con problemas de conducta, malos comportamientos, desafíos y rabietas. Y en adolescentes con la falta de motivación en los estudios y la vida en general.

¿Qué temas abarca la psicología infantil?

Cualquiera que tenga que ver con la mente del niño, sus pensamientos, comportamientos, emociones… Al fin y al cabo con todo aquello que le acompaña en su etapa de crecimiento y desarrollo. A veces se trata de un simple asesoramiento por un tema simple. En otros casos más complejos se requiere de un trabajo más extenso y profundo.

¿Quién decide si la persona menor de edad precisa de sus servicios?

Cuando son pequeños son los padres los que acuden en busca de apoyo, a veces porque han detectado un problema en casa y otras porque se lo ha recomendado el pediatra o en el colegio. Con los adolescentes hay más variedad ya que cada vez más son ellos mismos los que solicitan ir a hablar con un psicólogo, lo cual es gratificante ya que nos muestra el cambio que se está produciendo a este respecto.

¿El tratamiento es solo con la figura infantil o se extiende a los padres?

En el caso de niños menores de once - doce años las sesiones suelen ser en su mayoría o en su totalidad con los padres a no ser que haya algo específico que tratar de forma directa. En el caso de los adolescentes es más variable y se suelen realizar sesiones con ellos y otras con los padres para ofrecerles la información sobre lo que se está haciendo y para darles herramientas o pautas necesarias cuando hace falta.

¿Qué ocurre cuando usted establece un diagnóstico de su paciente? ¿Cuál es el proceso a seguir?

No me gusta dar diagnósticos. Cuando hablamos de niños estamos ante una persona en formación, “en construcción”. Me gusta verlo en otros términos. Cada niño posee sus particularidades, y sus tempos. Además, cosas que ciertos diagnósticos ven como limitantes pueden ser una oportunidad para desarrollar habilidades para ese niño. Aún así, entiendo que en otros ámbitos se requiere agrupar para así agilizar el trabajo y poder ser más operativos. Si es necesario un diagnóstico especifico para optar a ayudas, por ejemplo, suelo recomendarles a otros psicólogos especializados en el tema. A partir de ahí, existen una serie de protocolos estandarizados que se ponen en marcha en los colegios etc.

Usted también trata a adolescentes. ¿Los conceptos de las consultas tienen similitud con el tratamiento infantil o en esas otras edades influyen otro tipo de problemáticas?

Los adolescentes muestran sus problemas de modo distinto a los niños. Cuando el torrente hormonal irrumpe, el cerebro cambia y ello hace que todo lo haga. Es verdad que hay cierto tipo de conductas que pueden parecer las mismas a ojos de los adultos, pero las motivaciones suelen ser diferentes. Además, en la adolescencia toman vital importancia los grupos de iguales. Los jóvenes suelen venir en su mayoría por temas de desmotivación, problemas en los estudios, ansiedad y depresión.

¿Qué es la psicología juvenil y que como influye la educación?

La psicología juvenil empieza cuando el niño nace. Antes he hablado de que los cimientos se crean cuando se es un niño. De cómo haya sido la educación que el adolescente haya recibido cuando era pequeño, va a depender su método de afrontar y comportarse en los años hacia la vida adulta. La buena noticia es que así como en la niñez contamos con la ventaja de que los cambios son muy rápidos y efectivos, en la adolescencia disponemos de los cerebros más listos y determinados a aprender de toda nuestra existencia. Trabajar con adolescentes es maravilloso y pueden enseñarnos un montón de cosas, si estamos dispuestos a escucharles.

¿Existe un antes y un después de la pandemia?

Está claro que la pandemia nos ha afectado a todos en mayor o menor medida. Muchos niños han estado encantados de pasar tiempo con sus padres. Otros han echado de menos las rutinas. Pero los niños son muy adaptables y la mayoría han recalibrado su cerebro de nuevo sin problemas. En cambio muchos adolescentes no han podido dar su primer beso en el momento que les tocaba, les ha faltado el contacto con sus amigos y han visto como sus sueños se pueden desmontar sin que ellos puedan decir nada, independientemente de su esfuerzo. Creo que la pandemia, igual que otras situaciones que se dan como pueden ser las relacionadas con la economía, la inestabilidad laboral, la vivienda, etc., ha provocado en muchos de ellos una sensación de indefensión con la que es muy difícil lidiar. Sí, siempre han ocurrido cosas y nunca ha sido fácil. Pero nunca como hoy hemos sido bombardeados con tanta información negativa y se nos ha otorgado tan poco poder de decisión en nuestras vidas.

En su tiempo libre ha irrumpido en el ámbito literario. Empezó a narrar un libro de psicología pero el resultado le parecía aburrido y entonces emergió la idea de escribir su primera novela; La caja de los abrazos. ¿Cómo ha sido esta experiencia?

Ha sido una experiencia maravillosa ya que la novela ha ido surgiendo a medida que la escribía y ni yo misma sabía los derroteros que iría tomando. Ha sido bueno también como descanso mental para el resto de situaciones que acontecen en mi vida a diario. Una experiencia divertida y enormemente interesante.

“La aparición de una caja repleta de enigmáticos objetos que ha sido depositada en la puerta de Marta, nos permite conocer su historia y la de tres amigos con los que compartió su adolescencia”. El libro, La caja de los abrazos, exige una profunda reflexión sobre las relaciones amistosas (que traspasan la frontera de los sentimientos no comprendidos) rotos por una fuerza mayor y con el devenir del tiempo aplican una absoluta distancia entre los cuatro seres implicados, hasta el punto en que la palabra asesinato se cierne sobre sus mentes. Esta primera incursión en la novela de Isabel Alabern von Rosen, nos descubre a una escritora que propone una lectura con generosos vuelcos literarios, que posee la virtud de saber secuestrar la capacidad del lector y llevarle a recorrer misteriosas escenas, provocándole dudas y untándole suspense con un ingenioso planteamiento en la narrativa, entre las idas y venidas del pasado al presente y viceversa. ¿La novela tiene alguna vinculación con su profesión?

No en sentido estricto, ya que no es un libro de psicología, pero sí tiene pinceladas y a medida que voy narrando la vida de los personajes, voy explicando las motivaciones y situaciones que les han llevado a ser como son y a actuar de ese modo. De alguna manera lo que rodea al ser humano está envuelto de psicología, cada una de nuestras acciones, pensamientos y sensaciones. Simplemente no solemos parar a pensar en ello.

¿Qué tiene de ficción y qué de realidad?

Todo es prácticamente ficción, a excepción de uno o dos personajes secundarios que quise incluir porque me gustaron sus historias. Aunque sí que utilizo contextos o vivencias propias o ajenas en muchos de los párrafos. Creo que es inevitable no hacerlo.

¿Es usted alguno de los personajes? No, ninguno de ellos me representa. Aunque sí se explican vivencias en unos u otros que pueden asemejarse a algunos momentos de mi vida. Ya prepara su segunda novela.

¿Puede descubrirnos algunos detalles argumentales? Sí, he empezado a escribir una segunda novela y estoy muy ilusionada. Sólo llevo unas cuantas páginas y, como al empezar con la otra novela, sólo tengo claro cuál va a ser el título (cosa que sé no debería ser así). Pero es un título muy inspirador y estoy convencida de que dará sus frutos. No puedo dar todavía detalles, pero tiene que ver con los debates internos que nos llevan a actuar de una u otra forma. Y a situaciones que conciernen con la traición, a los demás y a nosotros mismos.

Esta última respuesta de Isabel Alabern von Rosen coincidía con el último rayo de sol que podíamos admirar desde la terraza del hotel situada a orilla de la playa. Era a finales de octubre y como la mayoría de establecimientos estaba a punto de dar el cierre a la temporada.

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