La justicia vuelve a poner contra las cuerdas al PSIB de Armengol y a sus socios, que siguen acumulando chapuzas a su expediente. El Tribunal Supremo ha desestimado el recurso del Consell de Mallorca y ha declarado nulo de pleno derecho el rescate del túnel de Sóller. Nada menos que la friolera de 16,28 millones de euros de las arcas públicas invertidos en una medida populista, sin fundamentación jurídica y completamente arbitraria.
No lo digo yo, lo dice al alto tribunal al afirmar que, aunque el Consell tiene la potestad de rescindir unilateralmente un contrato, debe concurrir un interés público debidamente motivado. En este sentido, la figura del rescate no está pensada "para remediar una situación que ya fue conocida y valorada en el momento del otorgamiento de la concesión", razona el Tribunal, ya que daría a las administraciones la capacidad de rescindir contratos "por un mero cambio de parecer" sin base objetiva.
Es decir, estamos ante otro expediente administrativo utilizado políticamente para otra fatídica foto protagonizada por Mercedes Garrido y Miquel Ensenyat. Su única ambición radicaba en la publicidad y en una estrategia muy primaria basada en vender un ahorro para los ciudadanos que, en realidad, ha supuesto un coste exorbitado. Cabe recordar que, a diferencia de lo que decía la exvicepresidenta Carmen Calvo, el dinero no es de nadie, sino que es de todos.
En estas horas bajas para la izquierda balear, auguro que serán varias las chapuzas que saldrán a la luz tras 8 años de un pacte que ni ha solucionado el problema de la vivienda, ni ha cumplido su objetivo de ‘decrecer’, ni ha frenado la especulación urbanística, ni ha combatido el turismo de excesos, ni ha dejado una sanidad mejor, ni ha legado unos centros educativos en mejores condiciones. Su política se ha basado en la fotografía, el maquillaje legislativo y las medidas de escaso calado y mucha propaganda.
El reciente fracaso electoral o la retahíla de chapuzas no son óbice para que Armengol ascienda a tercera autoridad del Estado, o Negueruela busque hacerse hueco en el inminente ejecutivo de Pedro Sánchez. Sus logros son desconocidos, pero su capacidad de anclarse a un sueldo público y sobrevivir políticamente es digna de estudio.