www.mallorcadiario.com

¿Cómo debe de ser el cielo?

jueves 17 de agosto de 2023, 05:00h

Escucha la noticia

Estos días de agosto, en el que medio país está apagado, lo estoy viviendo como si estuviera en el cielo, con una tranquila pasmosa que, en mi caso, una persona hiperactiva, es extraño.

De hecho, si pudiera elegir, me encantaría que siempre fuera así, con pocas obligaciones, personas tranquilas y sin grandes traumas, porque incluso las personas que siempre están ocupadas parecen haber dejado sus vidas paralizadas.

Si tuviera que dibujar este impase de mi alma, lo definiría como estar en el cielo, un momento en el que la mente parece haber parado, dejando pasar los días.

Los que son autónomos como yo, saben que ese estado es casi imposible de conseguir porque parece mentira, pero da la sensación de que nunca podemos parar, pero tener esta sensación de estar sin estar, de trabajar tranquilos, sin angustias, con tiempo para pensar, para decidir que quiero hacer, a quien quiero ver y como hacerlo, para mi es casi imposible de conseguir.

Tal vez mi alma estaba demasiado cansada para seguir el mundanal mundo y el ritmo que yo misma me impongo cada día.

Ver a la gente de mi alrededor tranquila, sin gritos, sin nervios, sin stress, simplemente porque es verano, porque no hay nadie trabajando o simplemente porque no se puede hacer nada más, me ha cambiado la vida.

Si pudiera elegir, me encantaría que siempre fuera así, porque creo que el cielo debe de ser esto, ¡Sosiego no me abandones!

Sentir que se para el tiempo, que el teléfono no suena, que los WhatsApp entran a ralentí y que los clientes cumplen sus citas y no te las cambian, que acuden a su hora y que te escuchan cuando hablas, te añade todavía más tranquilidad.

Poder decidir a qué hora te levantas, para aprovechar el día, no por obligación, poder tener tiempo para llamar a esos amigos que añoras, para estar con los que hace tiempo que no ves y compartir la vida con ellos en calma, no tiene precio….

¡Oh sí!, ¿Ese es tal vez el precio de todo lo que llevamos encima?, ¿Tal vez el precio de la responsabilidad es tan alto? Sin darnos cuenta, las personas comprometidas y responsables, pagamos un precio muy alto por dirigir a los demás, por guiarles en su camino, por ayudarles a que ellos crezcan, teniendo que llevar ese peso a nuestras espaldas.

Tal vez, si pudiera hablar con Dios, decidiría que me regalara un año de este tiempo, para poder cambiar mi vida, para elegir desde el corazón todas las decisiones que tomo cada día y no solo desde la cabeza, para poder compartir con mis seres queridos todo lo que siento, pienso y quiero de la vida.

Tal vez si estuviera en el cielo y decidiera tener que volver a la vida, elegiría una vida más sencilla, con menos complicaciones y menos ataduras que nos ponemos en el día a día, para poder elegir con quien estoy y decido pasar mi tiempo, con quien quiero ir a tomar un helado o que quiero comer o dejar de hacerlo.

Tal vez, si pudiera volver a nacer, me pediría una vida de agosto para todo el año, sonrisas en las calles, días de paseo por la playa y el sol acariciando mi piel.

Sólo tal vez, si pudiera hablar con Dios, le pediría que me guiara a una vida en calma, donde no viera el dolor de la humanidad cada día y pudiera disfrutar de un mundo en paz.

Pero creo que Dios, nos da agosto para que sepamos lo que es el cielo y cómo podemos acercarnos a él y tocarlo con las manos, porque estoy segura que, existe un mundo así, que Dios sabe que es posible y que, tal vez, algún día llega a ser siempre agosto.

¿Cómo dibujarías tú el cielo?

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
1 comentarios