El debate entre los nueve candidatos a la presidencia del Govern fue aburrido y previsible, con mucho monólogo y poco debate. Los partidos de izquierdas trataron de sacar pecho de su gestión, mientras que el bloque del centro derecha puso en evidencia que son la oposición. La candidata de Podemos, Antònia Jover, leyó prácticamente todas sus intervenciones, denotando inseguridad. En general, el debate no cumplió con las expectativas generadas por la polémica previa.
El esperado debate entre los nueve candidatos a la presidencia del Govern celebrado este domingo en IB3 TV resultó más aburrido y sin ninguna sorpresa sobre lo que cabía esperar. Mucho monólogo previsible y poco debate. El formato de un debate multitudinario no da para más.
Como estaba previsto y pactado, hubo tres grandes bloques: modelo económico y fiscalidad; vivienda, movilidad y medioambiente; y salud, políticas sociales, lengua y cultura.
Los partidos de izquierdas que integran el Govern trataron de sacar pecho de su gestión, en especial Francina Armengol, cuyas intervenciones, decididas por sorteo y sin respetar que en las últimas elecciones fue la fuerza más votada, carecieron de la contundencia y la preponderancia que le hubiera correspondido según los planes iniciales de IB3. Las cifras de crecimiento económico y los datos de empleo exhibidos por Armengol son indiscutibles.
Sus socios Lluís Apesteguia (Més per Mallorca) y Antònia Jover (Podemos) se mostraron más reivindicativos y exigentes, tratando de atraer al electorado de izquierdas que no está del todo satisfecho con su gestión en el Ejecutivo Armengol. Apesteguía apostando por el decrecimiento turístico y Jover, presentándose como la garantía de que se sigan haciendo políticas de izquierdas a favor de la ciudadanía.
Los partidos de izquierdas que dan apoyo parlamentario al Govern sin integrarse en él, Més per Menorca y Gent per Formentera, representados por Josep Castells y Silvia Tur, respectivamente, exhibieron su independencia y mayor libertad en su capacidad de crítica al Govern. Ambos estuvieron más que correctos.
El bloque del centro derecha fue otro cantar. Marga Prohens (PP), Patricia Guasp (Ciudadanos), Jorge Campos (Vox) y Josep Melià (El Pi), pusieron en evidencia que son la oposición y que hay dos bloques muy definidos, con recetas radicalmente diferentes para hacer frente a los problemas de la ciudadanía. Todos ellos insistieron en la necesidad de bajar impuestos. Pero también quedó claro que El PI es la formación más centrista y que será difícil establecer alianzas con partidos con un discurso más radical.
Llamó la atención que la candidata de Podemos, Antònia Jover, leyó prácticamente todas sus intervenciones, lo cual denota una inseguridad más que preocupante en una candidata a presidir o vicepresidir el Govern.
Pero pese a la polémica que precedió al encuentro, pronto se comprobó que no había para tanto y que una vez más, el humo de la polémica por los detalles del debate era artificial y que no merecía la pena tanto ruido.
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