"La Culpa es Suya"

"La culpa es suya" es el título de un libro que se acaba de publicar. Su autor es Antoni Martorell Reynés, un mallorquín de armas tomar.

Martorell ha recopilado en esta obra editorial una considerable ración de sus articulos publicados durante una serie de años en la contraportada del diario balear "Última Hora", propiedad de la insigne familia Serra.

El susodicho libretista es un periodista que conoce al dedillo la política y los usos y costumbres del archipiélago balear, en especial en lo que ser refiere a Mallorca. Se trata de un personaje peculiar y, a ratos, sorprendente: és un hombre básicamente sagaz, perspicaz, avispado, intuitivo y agudo. Es, Martorell, un auténtico lince.

No se asusten ustedes -en el caso de que compren este volúmen, cosa que recomiendo encarecidamente, o más- al ver la portada: la fotografía que protagoniza el autor en la fachada del libro, no ilustra, en absoluto, el carácter del autor. Es una fotografía en un blanco y negro rigurosamente kitsch, naif y especialmente retro, que recuerda, ligeramente, la impresionante pintura de Francisco de Goya y Lucientes titulada "Saturno devorando a su hijo", aunque en el cuadro no aparezca la víctima principal, que viene a ser el hijo. Insisto, no se asusten. En realidad, el atroz dramatismo que refleja la citada portada no corresponde, para nada, con el tono de su contenido.

En lo que concierne al título de la obra, "La culpa es suya" cabría aquí hacer un breve comentario: siempre me han cautivado aquellas personas que le echan la culpa a los demás, sin querer ver, jamás, la biga en su propio ojo; suelen ser gente atrevida, osada, valiente que no contemplan, bajo ningún concepto, que la culpa o puede ser compartida o que, en todo caso, no les afecta a ellos. En este ejemplo concreto -el del citado libro- se entiende que la culpa es de los lectores. Un servidor de ustedes, es decir yo mismo, el que suscribe, es de los que les encanta, precisamente, que le echen la culpa de todo, sin considerarme, en ningún momento, ni un ápice de masoquismo gratuito. Simplemente, me gusta sentirme culpable, cosa que me proporciona un cierto placer. Así pues, Martorell envía la culpabilidad general a los demás mientras él, el autor, se queda tan ancho; y, a la par, los lectores como yo, nos sentimos orgullosos de cargar con este grado de culpabilidad universal.

Personalmente, les aconsejo fervorosamente, que adquieran y lean este libro. La recopilación de artículos de índole periodística les proporcionará una lectura plácida y amena. Son tantos los temas tratados que su variabilidad les facilitará un "divertimento" asegurado, además de un conocimiento asaz completo de como están las cosas en Mallorca y, dejando a un lado los consabidos aislamientos, de lo que se cuece en nuestra sociedad globalizada.

Martorell ataca por todos los flancos de la vida. Como buen observador, su crítica ahonda en todos los aspectos políticos y sociales no dejando títere con cabeza (como dice "El Quijote") ni nada en el plato.

La causticidad es uno de los elementos con los que juega el autor en todos sus artículos. El personaje suelta sorna, socarronería y guasa a troche y moche y este es uno de los motivos que consiguen que su lectura sea entretenida, ingeniosa y placentera.

En fin, estamos delante de una publicación imprescindible para entender los aspectos básicos de una sociedad determinada, pero generalizada y universal, adquiriendo dosis altas de conocimiento y con un estilo ágil, activo y diligente; e inteligente, si me apuran.

Háganme caso: leanlo.