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'Todos los destinos competirán por la sostenibilidad, porque si no, estarán fuera'
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"Todos los destinos competirán por la sostenibilidad, porque si no, estarán fuera"

Por Josep Maria Aguiló
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jmaguilomallorcadiariocom/8/8/23
domingo 26 de marzo de 2023, 05:00h

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El pasado mes de diciembre, el abogado José Antonio Fernández de Alarcón Roca pasó a ser de manera interina el nuevo presidente de la Asociación de Hoteleros de la Playa de Palma (AHPP), en sustitución de Isabel Vidal, que fue nombrada directora general de Turisme del Govern. Hasta ese momento, Fernández de Alarcón era el vicepresidente de la citada entidad. Según explica en esta entrevista para mallorcadiario.com, en breve convocará elecciones para que sea escogido su sucesor al frente de la AHPP.

¿Estaba ya prevista su llegada a la presidencia de la AHPP?

Bueno, yo creo que soy presidente por accidente —sonríe—. Accedí al cargo por una aplicación automática de los estatutos de la asociación, tras el inesperado nombramiento de mi antecesora, Isabel Vidal, como directora general de Turisme. De hecho, en breve convocaremos elecciones para elegir al nuevo presidente de la AHPP. Mientras tanto, el motivo por el que durante unos meses mantendré aún la presidencia es muy sencillo. Lo haré porque estamos ya en pleno periodo preelectoral y al mismo tiempo tenemos que preparar la apertura de la próxima temporada turística.

Entiendo, sí...

Piense que sea quien sea quien gane las elecciones para presidir la AHPP, aún falta tiempo para que tome posesión de su nuevo cargo y empiece a tomar decisiones, por lo que nos iríamos casi al final de la temporada. En caso de no prepararnos ahora bien, perderíamos prácticamente todo el año sin poder decidir las estrategias a adoptar en la Playa de Palma.

¿Ya hay una fecha decidida para esas elecciones?

Todavía no. Mi idea es convocarlas justo después de las elecciones municipales y autonómicas del mes de mayo. En principio, iniciaríamos el proceso de apertura de candidaturas en la primera semana de junio. Lo que sí le puedo avanzar ya es que yo no me presentaré a esas elecciones.

¿Por qué no se presentará?

El motivo es porque en la Playa de Palma yo he representado siempre a Riu Hoteles y hay una norma no escrita de que las grandes cadenas no asuman la presidencia de la Asociación de Hoteleros de la Playa de Palma. El presidente siempre ha sido un pequeño hotelero de la zona, de los históricos, por así decirlo, porque se considera que así tendrá todo su interés en la Playa de Palma y que por ello luchará mejor por la zona. En ese sentido, los que representamos en algún caso a grandes cadenas apoyamos esas candidaturas y ayudamos a que lo que es común se solucione, que son los intereses de todos.

¿Cuál está siendo su principal objetivo durante estos meses?

Mi principal objetivo está siendo mantener la maquinaria bien engrasada en el periodo previo a la apertura de la temporada, que de hecho será ya este mismo mes de marzo. En la Playa de Palma hay una sala de máquinas muy potente. Por eso, es una de las asociaciones más intensas en su actividad defensora de los intereses de la zona. Cada mes hay una junta directiva, numerosas reuniones de seguimiento de la apertura de la temporada y multitud de comisiones de trabajo. Eso significa que la máquina no ha parado. El objetivo era este.

"Accedí al cargo por una aplicación automática de los estatutos de la asociación, tras el inesperado nombramiento de mi antecesora como directora general de Turisme"

La Playa de Palma se ha renovado por completo en estos últimos años...

La prueba efectiva de que eso es así es que hoy hay cinco hoteles de cinco estrellas en la Playa de Palma. Además, hay un 70 por cien de hoteles de cuatro estrellas. El cambio que hemos hecho en diez años es espectacular. A ello habría que añadir que insistimos de manera continuada a las autoridades para que las administraciones hagan cumplir las normas, pues queremos que la seguridad siga siendo un objetivo prioritario o que unos cuantos borrachos no manchen el prestigio de la zona, que funciona como un reloj.

¿Cuál es la clave para que decenas de miles de turistas escojan año tras año la Playa de Palma?

La clave de todo es el concepto de destino turístico. Dicho destino lo integramos el sector hotelero, la restauración, el ocio, el comercio y la Administración, sobre todo la Administración local, así como también la Policía Nacional para cuestiones de seguridad.

¿Y a partir de ahí?

A partir de ahí, nosotros sabemos que seguiremos siendo muy profesionales en lo nuestro, pero también necesitamos que la Administración no se olvide de que es primordial mantener en el destino las soluciones de lo básico, como la limpieza, el control de excesos, la seguridad o las infraestructuras. En ese sentido, es increíble que tengamos que seguir pidiendo todo esto año tras año.

¿Debemos seguir apostando por el 'sol y playa'?

Bueno, yo creo que sobre la base del 'sol y playa' o del clima, es esencial que te reinventes y seas creativo en lo que es la industria turística, pues no hay que olvidar que es una de las primeras industrias mundiales. Basta fijarse en que después de estos años de pandemia, ahí está todavía. Además, en nuestro país se abren telediarios y se cierran telediarios informando por ejemplo de la apertura de hoteles o de restaurantes, como si ello fuera, y en España lo es, la joya de la corona.

¿Y en el caso concreto de Baleares?

Nosotros estamos en el centro del origen de esa joya de la corona y tenemos los mejores empresarios, no sólo los grandes, sino también los medianos y pequeños. Todos ellos son excelentes en esta industria turística. Por tanto, insisto, sobre la base del 'sol y playa', es esencial reinventarse y ser creativos. Y en el caso concreto de la Playa de Palma, la necesidad de reinventarse tendría que ver sobre todo con el sector del ocio.

"Necesitamos que la Administración no se olvide de que es primordial mantener la limpieza, el control de excesos, la seguridad o las infraestructuras"

¿En qué sentido?

En el sentido de que si la mayoría de grupos del sector del ocio que hay en la zona tuvieran la valentía de reinventarse y de salir de la vía que llevan años y años experimentando, que está muy gastada, yo creo que mejoraría mucho más la zona. Los hoteleros lo hemos demostrado ya a lo largo de la última década. Y ya no le digo nada si además tuviéramos una Administración local que también estuviera a la altura.

A un nivel ya más general, ¿cuál cree que será el futuro de la industria turística?

Creo que el futuro de la industria turística será estar continuamente pensando qué quiere el cliente y cómo mejoramos. Lo hicimos ya en lo digital, en la comercialización, donde hubo una auténtica revolución y donde nos reinventamos todos, a pesar de que no fue fácil. Y nos reinventaremos también ahora en el concepto elástico de la sostenibilidad, un concepto del que habría que definir bien su significado, pues a veces parece tener muchos significados.

Es optimista entonces...

Yo confío mucho en nuestros empresarios hoteleros, en nuestros empresarios del ocio y en nuestros empresarios de la restauración. Sé que ellos saben. La prueba de que saben es que llevamos ya cincuenta o sesenta años en esto y de que estamos en Primera División. Y eso no es fácil.

¿La sostenibilidad es ya un eje del turismo en todo el mundo?

Efectivamente. Todos los destinos van a competir por la sostenibilidad, incluso en el caso de que no entiendan bien la palabra, pues saben que si no están ahí, están fuera. Así lo he dicho ya en alguna conferencia que he dado recientemente y lo veo también como secretario de una asociación que se llama Inverhotel, conformada por las catorce mayores cadenas hoteleras españolas y sobre todo mallorquinas en América.

¿La digitalización y la sostenibilidad son pues indispensables?

Así es. Si tu empresa no se digitaliza, estás fuera. Y si tu destino no es sostenible, estarás igualmente fuera, porque los destinos competirán por la sostenibilidad, como se compite por ejemplo por un determinado nivel de establecimiento hotelero que prestigie un destino. Al final, como un entramado o como una tela de araña, todo lo que sea sostenible y podamos colocar en un destino, para conseguir que este sea más competitivo sosteniblemente que otro, será muy relevante. Y el que no lo haga así estará fuera.

"Estamos rodeados de muy buenos empresarios y profesionales, porque si no, la industria turística sería algo que no funcionaría"

¿Ese es el camino que se debe explorar?

Hay que explorar ese camino, sí, pero también quisiera decir que me consta que muchas empresas hoteleras llevan ya años explorándolo.

¿Cómo funciona la sostenibilidad?

La sostenibilidad funciona como un proceso, al igual que ocurrió con la digitalización, es decir, por apilamiento de ideas. En el sector hotelero, las empresas ya empezaron a competir entre ellas por esa sostenibilidad años atrás, con pequeños pasos. No hay que olvidar que los pequeños pasos se convierten también en una forma de andar, que es lo que han hecho muchas empresas.

¿Cree que la Administración también actúa en esa misma línea?

Bueno, la Administración hace muchas normas, pero quizás no nos acompaña en ese proceso. En la Playa de Palma hay un ejemplo clarísimo en ese sentido, pues hemos tenido graves problemas cuando llueve y se echa el agua sucia a la bahía. Esto es muy poco sostenible, además de ser un gran problema, como lo es también la pérdida de agua desde los embalses hasta la ciudad.

¿A qué atribuye que la industria turística siga siendo hoy tan fuerte?

Yo tengo una teoría particular sobre eso, porque percibo esa fortaleza no sólo en Mallorca, sino también por el mundo entero. Esa resiliencia y esa fuerza del sector turístico te lleva a pensar, en primer lugar, que estamos rodeados de muy buenos empresarios y profesionales, porque si no, esto sería algo que no funcionaría. Además, exportamos ese 'know-how' —activo intangible de las empresas— y eso se nota.

Así es, efectivamente...

Si extrapolamos a nivel mundial cómo es que el turismo sigue ahí tras dos años de pandemia y a pesar de todo lo que está pasando en el mundo en estos últimos años, yo creo que es por un paradigma del comportamiento humano, que es la necesidad de movilidad. En esencia, viajar es moverse, salir de tu casa. Y luego ya viene todo lo demás, el transporte, el alojamiento, el restaurante o el ocio.

"Hay la necesidad de comunicarse y hay la necesidad de moverse, aunque sólo sea por el mínimo concepto de libertad que uno quiere tener"

También tenemos la necesidad de comunicarnos...

Por supuesto. De ahí que hoy en día no haya nadie que no tenga un móvil o que el sector de la telefonía tenga una expansión brutal en todos los países. Hay la necesidad de comunicarse y hay la necesidad de moverse, aunque sólo sea por el mínimo concepto de libertad que uno quiere tener, frente a un mundo a lo mejor cada vez más opresivo con las nuevas tecnologías. Moverte es tu pequeña parcela de libertad. Comunicarse y moverse son paradigmas de la sociedad global. Eso es así.

¿Añadiría algo más en ese sentido?

Añadiría que con los viajes low cost de los aviones y las múltiples ofertas de todo tipo, esa necesidad de desplazarse se ha democratizado completamente, como se ha democratizado también la posibilidad de tener un móvil. Afortunadamente, Mallorca tiene la suerte de estar en esta industria y no en la minería del carbón, que además está en desuso. Sesenta años después, seguimos haciendo surf en una ola que tiene mucho recorrido por ahora. Pero, insisto, esa necesidad de moverse es algo que va más allá de nuestra isla, porque ocurre en todo el mundo. Esta es la industria de la movilidad.

¿Qué debemos hacer en Baleares para seguir estando en Primera División a nivel turístico?

Esta pregunta es muy interesante. Por una parte, hay que intentar no cometer errores, unos errores que hoy se pueden estudiar por la ciencia aplicada. Por otra parte, hay que mantener la tensión en la sociedad en positivo, pero en toda la sociedad, no sólo en el sector empresarial. En ese sentido, yo haría un análisis de los destinos que han bajado a Segunda o se han hundido en el mundo, como por ejemplo dos tan relevantes como Acapulco o Brindisi. Ambas zonas formaron parte del boom turístico de los años sesenta, pero luego cometieron errores.

¿Cómo debe ser esa tensión en positivo en el seno de la sociedad?

La conversación entre los distintos integrantes de la sociedad debe ser continua, como la que hay aquí entre residentes, políticos, asociaciones, empresarios o sindicatos.

¿Esa conversación debe cumplir algún requisito en especial?

Tiene que ser una conversación hecha desde la buena fe, porque si lo que pretendes es tirar un torpedo a la línea de flotación de la principal industria de aquí, no tiene ningún sentido esa conversación. O dicho de otro modo, si tú no quieres que le vaya bien a todos los empresarios, desde la más humilde empresa de restauración a una gran cadena hotelera, no hay nada que hacer.

"Si mantenemos el análisis de los errores y la conversación en positivo de la sociedad, ello nos permitirá tener nuestra industria turística en Primera División"

¿Cuáles son las ventajas de que les vaya bien a los empresarios?

En una sociedad tan compleja como la que tenemos, si les va bien a los empresarios, ello permite cobrar impuestos, repartir la riqueza y generar una mínima sociedad del bienestar. O sea, que mejor que les vaya bien. Y aquí ir bien es que vaya bien el turismo. Es cierto que debemos seguir hablando de otras posibles opciones económicas, aunque hoy por hoy la prioridad es el turismo.

¿Cuál sería su conclusión en ese punto?

Mi conclusión sería que si mantenemos el análisis de los errores que han cometido otros destinos y si mantenemos la conversación en positivo de la sociedad para ir mejorando, ello nos permitirá sostener al equipo en Primera División. Eso hay que lograrlo entre todos, con esa buena fe a la que he hecho referencia. En definitiva, se trata de que haya una conversación social, pero para mejorar, y de que se esté atento a lo que no ha funcionado en el mundo.

¿Qué le pasó a Acapulco?

Acapulco se hundió porque hubo una profusión de lo que allí llaman condominios —conjuntos habitacionales—, que dificultan que se puedan rehabilitar los hoteles. Piense que, en general, los hoteles se deben reformar integralmente cada diez años, poco más o menos, para mantener vivo y joven un destino específico. Así se ha hecho por ejemplo en el caso de la Playa de Palma. En Acapulco, en cambio, ello no ha sido posible, porque los condominios con multitud de propietarios no se reforman, ya que no se ponen de acuerdo.

¿Qué sucede entonces?

Si los condominios no se reforman, se deterioran, y si se deterioran, también lo hacen las zonas donde están, que acaban siendo barrios marginales. Cuando se dan situaciones de este tipo, es cuando uno baja realmente a Segunda División. Por ello, si estamos atentos a esas situaciones, podemos evitar ese hipotético descenso.

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