Resulta incomprensible la defensa que el Ajuntament de Palma hace, a estas alturas de la película, de la empresa CI Postal, encargada de entregar las notificaciones del consistorio a los ciudadanos, especialmente las multas de tráfico impuestas por la Policía Local de Palma.
Las irregularidades que hemos conocido gracias a los medios de comunicación y que obligaron a actuar a la Policía Nacional, con la detención del responsable de la empresa y cuatro repartidores, acusados de falsear firmas de ciudadanos a quienes no se entregaban realmente las notificaciones para ahorrar tiempo y cobrar más, demuestran que el asunto no es menor ni los afectados son tan pocos como se dijo en un principio.
En febrero de este año se informó que se habrían falsificado 23 notificaciones distintas entre comienzos de 2020 y el otoño de 2021, con unos 18 perjudicados. Ahora sabemos que los afectados son muchos más. Más de 300 se han unido a una plataforma para defenderse mejor del atropello sufrido, al tener que pagar con enormes recargos las sanciones que no les fueron notificadas legalmente en su momento.
Las facturas aparecidas en la basura y las declaraciones de extrabajadoras relatando las anomalías que la empresa cometía, confirman que estamos ante un desastre de considerable magnitud, cometido por una empresa contratada por el Ajuntament de Palma. Sin embargo, nadie ha asumido la menor responsabilidad y no sólo eso, sino que hay que soportar que el concejal de Gobierno Interior y portavoz municipal, Alberto Jarabo, defienda a la empresa investigada y diga que los afectados pueden recurrir las sanciones.
Pero es que, además, a día de hoy, CI Postal sigue “repartiendo” comunicaciones municipales y lo hará hasta marzo del año 2023, pese a que la concesión finalizaba en septiembre. Cort tuvo que prorrogar la concesión con tan indeseable empresa al ser incapaz de tener listo un nuevo pliego de condiciones para licitar el servicio. El consistorio palmesano no pierde ocasión para poner en evidencia su contrastada incompetencia.
Cort defiende a capa y espada el “trabajo” de CI Postal porque no están dispuestos a anular todas las sanciones cobradas con recargo, pero las quejas de los ciudadanos se suceden. Un amigo mío acaba de recurrir una multa por una supuesta infracción cometida en agosto de este año, que no le fue notificada, lo que motivó una sanción mucho mayor por no identificar al conductor. Una multaza sin comerlo ni beberlo.
Así pues, las irregularidades de CI Postal se suceden incluso en la actualidad. Pero Cort defiende a la empresa y Jarabo les dedica elogiosas palabras. Será porque a él no le multa la Policía Local.