La ruptura ha sido apoyada por el 55,7 por ciento de los sufragios, mientras que el 42,3 por ciento de los compromisarios de Junts per Catalunya se ha inclinado por la continuidad de la coalición.
De esta manera, el partido que lideran Laura Borràs y Jordi Turull pasa a la oposición en el Parlament y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se verá obligado a recomponer su gabinete para sustituir a los representantes de su hasta ahora socio por otros cargos procedentes de Esquerra Republicana.
MINORÍA DE 33 DIPUTADOS EN EL PARLAMENT
En cualquier caso, el panorama que se le presenta por delante a Aragonès en la Cámara legislativa no es nada fácil, ya que apenas dispondrá de la adhesión de 33 diputados sobre un total de 101 representantes que conforman el hemiciclo. Por supuesto, en esta tesitura, la hipótesis de un adelanto electoral no es descartable, si bien el presidente ha desmentido, hasta el momento, esta posibilidad, pese a la crisis abierta con Junts per Catalunya tras la destitución del vicepresidente Jordi Puigneró, el pasado 28 de septiembre.
Tanto Laura Borràs como Jordi Turull han descargado toda su dureza dialéctica en contra de Aragonès, y han asegurado que el Ejecutivo que queda tras la deserción de Junts “carece de legitimidad democrática”.
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