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Envejecimiento poblacional

Por Agustín Buades
domingo 07 de agosto de 2022, 05:00h

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Según los datos publicados del INE sobre los índices demográficos, se constata que Baleares ha entrado en el llamado invierno demográfico.

El Invierno demográfico es la denominación, acuñada por los científicos sociales, para denominar al envejecimiento de la población.

Baleares vivirá el 'tsunami' de las jubilaciones en 2040, coincidiendo con la retirada de la generación del 'baby boom', dado que la disminución de las pensiones junto con el aumento de la esperanza de vida harán que la sociedad balear cuente con un 8% de jubilados, más del doble que en 1950.

Muchísimos baleares están abocados a un futuro en el que serán ancianos sin hijos ni nietos (incluso sin sobrinos). La inmigración no es solución suficiente para paliar la tasa de fecundidad tan baja que se da en Baleares, ni el problema de las pensiones.

Sin embargo, el problema no es el aumento del número de ancianos, ni siquiera la edad media en sí, sino el drástico adelgazamiento de la pirámide de población en la base. Pues esto supone una insuficiente renovación demográfica que va reduciendo el número de activos capaces de sostener y atender a los mayores.

Llegará un momento en que no será posible mantener los actuales sistemas de reparto, y la capitalización se impondrá como necesidad.

Otras consecuencias se resumen en que habrá más soledad y un tejido social más tenue.

Los buenos políticos son los que legislan pensando en el futuro y no se puede gobernar sólo para hoy. Si analizamos los datos del número de hijos por mujer (1,18), no parece que las mujeres que residen en Baleares tengan el número de hijos que les parece ideal. La natalidad no sólo ha caído a niveles dramáticos, sino que se está agravando aún más con el aborto.

Baleares se queda sin niños, y la baja natalidad en la que está sumida es un preocupante y alarmante grito de alerta de que algo no funciona correctamente. Una nación sin hijos es, sin duda, una nación sin futuro.

Por otra parte, el envejecimiento poblacional es constatable. Se vive un invierno demográfico sin precedentes: la población mayor se ha duplicado y la población juvenil se ha reducido la cuarta parte, lo que está produciendo el derrumbe de la pirámide
poblacional balear. Un escenario demográfico de envejecimiento poblacional que se ha visto agravado por la crisis económica, que ha impactado fuertemente en la natalidad.

La sociedad balear se encuentra en una encrucijada y dependiendo de la evolución que en los próximos tiempos se produzca, sus problemas demográficos se agravarán aún más o, por el contrario, se empezará a salir de este de este túnel demográfico en el
cual está inmersa.

Por eso, hay que actuar en este sentido implantando políticas con perspectiva de familia protegiendo la maternidad y la natalidad.

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