Las cloacas aprendieron en Mallorca

Que un medio de comunicación difunda noticias falsas a sabiendas de su falsedad, es algo extremadamente grave. Que lo hagan varios medios, de alcance nacional, como parte de una estrategia para perjudicar a una determinada formación política (Podemos) y a su líder y fundador (Pablo Iglesias), es aún mucho peor. Pero que tan maquiavélica estrategia fuera urdida desde instituciones oficiales o con su participación directa, como es el caso de las acusaciones de financiación irregular de la formación morada por parte de gobiernos extranjeros como Venezuela e Irán, es de una gravedad extrema que a ningún demócrata puede dejar impasible; y aún menos a los periodistas.

Por si el prestigio del periodismo no estuviera ya severamente comprometido, lo que se traduce en una crisis aguda de los medios de comunicación tradicionales, que en España no tiene visos de remitir, ahora la ciudadanía escucha estupefacta las conversaciones de Antonio García Ferreras con el excomisario Villarejo. En esos audios el director de La Sexta TV y del programa informativo de la misma cadena ‘Al Rojo Vivo’, admite que no se cree una noticia difundida por Eduardo Inda, otro famoso periodista sin escrúpulos dirige el digital OK Diario, pese a lo cual se hará eco de ella, aunque considera el montaje demasiado burdo. Algo tendrá que ver que esté metido en el ajo Mauricio Casals, presidente del periódico La Razón y adjunto a la presidencia de Atresmedia, grupo audiovisual al que pertenece La Sexta y Antena 3 TV.

Como es natural, Pablo Iglesias y Podemos han puesto el grito en el cielo y cargan contra García Ferreras, pues como periodista de izquierdas, le consideraban afín a Podemos. La decepción ha sido máxima y de ahí que exijan su cabeza. De Eduardo Inda apenas dicen nada, como si no fuera mucho peor lo que hizo el exdirector de Marca y también exdirector de la edición balear de El Mundo. Desde Podemos hace años que señalan a Inda como un instrumento de las cloacas del Estado, pues se hacía eco de cualquier noticia falsa que concerniese a la formación morada, ya fuera por iniciativa propia, ya fuera por indicación de la llamada “policía patriótica”, la estructura que, desde el Ministerio del Interior comandado por Jorge Fernández Díaz, urdía lo necesario para atacar a Podemos y a los protagonistas del ‘Procés’.

Los podemitas achacan su declive electoral a las informaciones falsas que difundieron los medios de comunicación, aunque yo creo que nadie podía creerse aquello, justamente porque lo aventaba Eduardo Inda, cuya credibilidad es cero. Creen que hubieran podido superar en votos al PSOE, pero eso nunca lo sabremos, aunque yo lo dudo.

Pero sí me parece oportuno señalar que Podemos en muchas ocasiones creyó informaciones que no se ajustaban a la realidad, sólo porque comprometían a políticos del PP. El caso del exdiputado autonómico Álvaro Gijón es paradigmático. También acusaron al exalcalde de Palma, Mateu Isern, de estar vinculado políticamente en el caso Cursach, en lo relativo a la corrupción de la Policía Local. Sin la menor prueba y sólo por interés político. ¿En qué ha terminado todo eso? En nada. Pero Podemos no ha pedido perdón ni lo hará.

Las maniobras de Eduardo Inda lograron que un partido político mallorquín desapareciera. UM era nacionalista y tremendamente incómoda para el PP balear. Y naturalmente que hicieron muchas cosas mal (y otras muy bien, por más que se silencien y nadie quiera recordarlas), pero no se fue contra los presuntos autores de las supuestas ilegalidades, sino contra el partido en su conjunto. Y no sobrevivió. Al menos Podemos sigue vivo y con pruebas de las maniobras de las cloacas. Otros no tuvieron tanta suerte.