Vivimos tiempos complejos en el que al abrir la prensa, o escuchar las noticias, todo lo que nos cuentan son desgracias.
Muertes, guerras, enfermedades, pandemias, pobreza, están en la boca de todos y la frase de estos dos últimos años es, ¡qué mal está todo!.
Y ciertamente parece que fuera así, pero cada día también ocurren cosas buenas.
Todos los días hay gente que deja su vida para irse a ONGs a ayudar a otros, que dedican su tiempo en alimentar a otros, en enseñar y educar a otras personas y en hacer la vida más fácil.
Este es el caso de mi peluquera, una mujer que, cuando me acerco a ella, me transmite alegría y siempre tiene un chiste en la boca o unas palabras inteligentes que me recuerdan el poder de la alegría, de una sonrisa y de la amabilidad.
Es de esa gente que te alegra el día, con un humor inteligente, no simplón sino ese tipo de humor que te devuelve la felicidad en un momento.
Y es que, ¡es tan importante, querido lector/a él poder de una sonrisa!…
También existen en nuestro mundo esas personas que siempre están dispuestas a ayudarte con una sonrisa en su boca, esa gente que viven dispuestas a ayudar, a complacer a otros y que transmiten paz solamente por el mero hecho de verlas entrar por la puerta.
Lo que ocurre es que a veces, prestamos más atención a los negativos, a los que no están bien y no sonríen nunca y a los que son de difícil contentar.
¿Es curioso verdad?, damos más importante a atender a esas personas que parecen tener el poder de llevarnos hacia la tristeza y de estar siempre amargados y esas personas, queridos lectores, no deberían de tener nuestra atención.
Son personas fantasmas, que pasan por la vida amargando a los demás y recordándonos continuamente lo malo de la vida, los problemas, viendo la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, personas oscuras.
A mi me interesan las personas que desprenden luz, armonía y alegría, se desprenden paz, felicidad y buen humor, esas como Isabel mi peluquera, que siempre tienen una sonrisa, pese a que la vida no les trate bien y también tengan días malos.
Cuando utilizamos el humor y dejarnos de darnos tanta importante y aprendemos a reírnos de nosotros mismos, dejando de dramatizar situaciones, el mundo es más sencillo y la vida se hace más fácil, incluso comienzan a pasarnos cosas buenas.
El poder de una bonita sonrisa puede ser tan fuerte que transforme tu destino y cambie tu vida, solo tienes que saber verlo y aprender a disfrutar de él.
¡Pon en marcha tu sonrisa, ella te abrirá puertas!
Si te sientes cansado y derrotado sonríe y verás que mañana, otra vez volverá a salir el sol y posiblemente volverás a tener razones para sonreír.
Busca entre el cajón de la alegría y saca de tu vida lo negro, oscuro y triste, porque cuando tu actitud ante la vida es positiva, todo cambia a mejor.