¿En qué momento ha creído un líder político, llámese Primer Ministro o Presidente que puede hacer y deshacer, sin apenas dar cuentas a nadie?
Hace pocos días nuestro Ministro de Exteriores Albares nos decía que la política de exteriores la decide el Presidente, claro está que en estos momentos la política de exteriores no es la que habíamos concebido durante muchísimos años, véase acuerdos comerciales, alianzas estratégicas, viajecitos para chupar cámara etc. Ahora está política de “exteriores” lleva aparejada intervenir en un conflicto armado, que si no empleo eufemismos estaré hablando de entrar en guerra.
No admito, si me creo que vivimos en democracia, que “una sola persona” sin tan siquiera haber tenido mayoría en las elecciones para gobernar, sino que gobierna con múltiples partidos minoritarios tome decisiones trascendentales, privándonos de cualquier debate en el Congreso de los Diputados o no acepte preguntas en ruedas de prensa. Es evidente que está confundiendo a su figura con la Nación que representa y un Presidente o Primer Ministro es un REPRESENTANTE de la Nación no es la Nación, por lo que se tiene que someter al máximo de controles posibles, dejando muy claro los pros y contras de las decisiones que nos pueden condicionar nuestra vida.
Pero sin quererle quitar culpa a nuestro Presidente Sánchez, en Europa sobre todo en Bruselas van peor si cabe, tenemos a una “Presidenta “Úrsula Von den Leyen o a un alto cargo como Josep Borrell NO VOTADOS por ningún ciudadano europeo de forma directa, sino en un conclave entre las clases políticas europeas, que toman decisiones al más alto nivel económico o de seguridad como si hubieran salido de las urnas por mayoría aplastante.
Cada día veo una raya más delgada entre la democracia y la autocracia, porque sencillamente no veo a los gobernantes con ganas de explicar nada, más bien de ocultar y mentir. EL no va más es evidente que son personajes como Putin, Maduro, Castro y una larga lista que tenemos por el Mundo, lo que no nos podíamos imaginar es que nos acercáramos tanto a lo que veíamos tan lejano. Por supuesto que esta postura “políticamente incorrecta” que apunto, en dos segundos me convierte en menos patriota que los que mandan, pero ya saben lo que me importa eso, aquellos que habitualmente leen estos artículos.
“La política es el camino para que los hombres sin principios puedan dirigir a los hombres sin memoria” No creo que ni el mismo Voltaire hace cuatro siglos pudiera pensar que en el 2022 esta frase siguiera vigente. Tampoco admito la tesis de que “tenemos los políticos que nos merecemos” porque esta clase política que no ha pegado un palo al agua, lleva toda su vida intentando alcanzar el poder y trabajando haciendo lo que haga falta para lograr este objetivo, mientras que el resto de humanos estamos trabajando para intentar sacar adelante a nuestras familias.
Realmente que podíamos esperar de la misma gente que ha gestionado el COVID en España o Europa, cuando ahora tienen que hacer frente a una Guerra y una Crisis económica descomunal, antes lo han hecho muy mal y ahora siguen simplemente en su línea. Pero lo más vergonzante es la “propaganda” diaria en medios de comunicación afines y sus respuestas convulsivas a cualquiera que intente preguntar algo que no está claro. Hace un par de días, sale a la luz un escándalo mayúsculo de la trama del hijo de Biden, Hunter Biden con negocios turbios, pero que muy turbios en Ucrania, pero claro si alguien quiere atar algún cabo entre la reacción bélica tan fulgurante de Estados Unidos en favor de Zelenski y digo el nombre porque no tengo tan claro que sea a favor de Ucrania, esto unido a la posterior reacción meteórica de la Unión Europea en este conflicto, porque hay que recordar que hace pocos años, nos lo pensamos muchísimo para entrar en la guerra de los Balcanes, cuando había una limpieza étnica en toda regla con verdaderas atrocidades, estando mucho más cerca de nuestras fronteras, no inspira mucha confianza el pensar, cual es el verdadero motivo de tanta implicación militar.
Las guerras modernas las declaran personas que jamás irán al frente, las secundan otros que tampoco estarán en las batallas y las perdemos todos los ciudadanos, porque detrás de un tirano no tiene porque haber una nación entera apoyándole, le basta desgraciadamente mucho menos para llevar adelante sus planes.
Quizás la reflexión tendría que ser, hasta que punto estamos dispuestos todos a dar tanto poder a nuestros dirigentes, porque el Mundo se está complicando y un tonto, un inútil o un loco la pueden liar gorda.