El pequeño Lian nació con 3,18 kilos de peso y vino al mundo en apenas 30 segundos, que fue el tiempo que tardaron sus padres en subir al ascensor en el cuarto piso en el que residen y llegar a la planta baja del bloque.
La madre, Ashi Keo, de 30 años de edad y origen camboyano, comenzó con las primeras contracciones a las cuatro de madrugada, pero ni ella ni su marido, Vicent Marí, ibicenco de 32 años, concedieron inicialmente demasiada importancia a estos síntomas, según el propio padre ha explicado a la Agencia Efe.
La pareja tiene otro bebé de un año y dos meses, y antes de ese primer parto la madre estuvo con contracciones varios días: “Por eso consideramos que era totalmente normal”, ha explicado el progenitor. Sin embargo, las contracciones, como ha descrito Vicent Marí, “fueron a más, de manera muy rápida, y cada vez más intensas”, por lo que, al cabo de una hora, la pareja decidió salir camino al hospital. “Estábamos muy tranquilos”, ha reconocido el padre, porque, a tenor de la experiencia con su primer hijo, pensaban que el parto no se "iba a producir hasta el cabo de unas horas”.
De esta manera, los jóvenes progenitores se subieron al ascensor, rumbo al hospital, en torno a las 5.30 horas de la madrugada, y fue entonces cuando la madre avisó de que había roto aguas, ante la incredulidad de su marido: “Y bajando del cuarto piso a la planta baja, me dice 'que está saliendo la cabeza'”, ha relatado Marí, que no creía que fuera cierto hasta que su mujer se levantó la falda y vio “una cabeza colgando”.
Cuando llegaron a la planta baja, la parturienta se tumbó y el niño salió de “un tirón”, ha contado el padre sobre una experiencia que fue, por un lado, “un shock”, pero también “un alivio”, ya que el alumbramiento se desarrolló sin complicaciones. De hecho, todo pasó en 30 segundos: “El parto más rápido de la historia”, ha agregado Marí.
Una vez en la planta baja, con la madre tumbada en el ascensor y el niño envuelto en una manta, comenzaron a tocar el timbre de emergencias del ascensor para alertar a los vecinos, y para llamar al 112, que avisó a la Policía Local y a la ambulancia.
Cuando llegaron los sanitarios, terminaron de asistir a la madre para que saliera la placenta y la trasladaron al hospital junto al padre y al pequeño, que, al igual que su progenitora, se encuentra en buen estado de salud.
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