No será el último escándalo. Se viene hablando de la colaboración rusa con el independentismo catalán desde hace meses. Sin embargo, el caso ha dado un vuelco importante. Esta semana, se ha acreditado la relación entre Rusia y Catalunya con la publicación en el New York Times de informaciones recogidas por los servicios secretos de un país europeo.
Además, estas informaciones están alineadas con datos del sumario del “caso Voloh”, la investigación de la llamada trama corrupta del procés, sobre el presunto desvío de fondos públicos al independentismo catalán. La información internacional ha sido recogida por distintos medios nacionales en general y catalanes en especial.
Los contactos han sido reconocidos por el entorno de Puigdemont si bien no se ha conseguido confirmar si las reuniones se han limitado a grupos que defienden intereses económicos que sobrepasan lo establecido por la ley o si, además, se han llevado a cabo con la colaboración de servicios secretos de inteligencia nacional rusa.
Al parecer, coinciden cronológicamente con el interés mostrado por el govern de Puigdemont por la situación legal de extranjeros vinculados a actividades ilícitas realizadas en nuestro país y con el impulso de ventas de gas y petróleo.
Están implicados cargos de confianza de la administración catalana, que cobran más de 100.000 euros anuales de la Generalitat, entre otros, algunos vinculados a la dirección de la Oficina de Carles Puigdemont como expresidente.
Las fuentes informantes afirman que el informe es demoledor, e incluye aspectos relacionados con el contable de Puigdemont y empresas fantasmas creadas en el extranjero.
Coinciden, en el tiempo, con la toma del aeropuerto de Barcelona impulsado por Tsunami Democratic.
Todas ellas apuntan a la supuesta implicación de Rusia como aliado para conseguir la independencia de Catalunya
Si todo lo anterior fuera cierto, el eje Moscú – Barcelona podría estar presente en las hordas que han azotado la tranquilidad y la convivencia de la sociedad catalana.
Los aspectos comentados quedan muy lejos del reconocimiento de identidad, lengua y cultura que se presenta como la única aspiración de los sectores secesionistas. De hecho, las subvenciones de la Generalitat y del Govern destinadas a organizaciones que desde la comunidad balear comparten aspiraciones secesionistas han estado en el centro de la polémica durante muchos años. ¡Y por muchos millones!
Buen finde.