El motivo que, según la paciente, ha argumentado Son Espases para no facilitarle tratamiento es que su tarjeta sanitaria forma parte de la cartera asistencial del Hospital Son Llàtzer y, en consecuencia, los responsables de la unidad de fibromialgia del hospital de referencia entienden que Isabel (nombre con el que designaremos a la paciente a efectos de identificación) no tiene derecho a acceder a sus cuidados médicos.
La situación de Isabel se agrava por la circunstancia de que la unidad de fibromialgia de Son Espases es la única que brinda este tipo de tratamiento en Baleares. Eso supone que Isabel, como ella misma señala, no tiene “ninguna otra opción a la que recurrir más que Son Espases, ni en la sanidad pública ni en la privada, en esta comunidad autónoma. Y dado que Son Espases rechaza facilitarme el tratamiento, no tengo otra posibilidad a la que acogerme”.
Isabel fue diagnosticada formalmente de fibromialgia hace, aproximadamente, tres meses, en mayo de 2021. No obstante, sus problemas de salud datan de hace más de cuatro años, cuando comenzó a sentir un intenso y creciente dolor en los brazos que se fue extendiendo a medida que transcurría el tiempo, afectando a una región cada vez más extensa de su cuerpo.
PRUEBAS MÉDICAS
A partir de 2017, Isabel se sometió a numerosas pruebas médicas para determinar las causas de su sintomatología, caracterizada no solo por el dolor sino también por frecuentes episodios de cansancio y fatiga crónica e insomnio. Sin embargo, no ha sido hasta este pasado mes de mayo cuando los facultativos que la atendían le comunicaron que padecía fibromialgia. A partir de este momento, Isabel recibió el alta médica por parte del servicio de Reumatología del Hospital Son Llàtzer, donde se le había facilitado tratamiento hasta ese instante, y, el médico de Atención Primaria derivó su caso al Hospital Universitario Son Espases.
Como refiere Isabel, “a pesar de que soy usuaria de Son Llàtzer, el tratamiento de la fibromialgia debe dispensarse en la única unidad que existe en Baleares, que es, precisamente, la de Son Espases. En la misma situación se hubiera encontrado un paciente del Hospital de Inca o de Manacor, o, por supuesto, de Menorca, Ibiza o Formentera”.
"HAGA USTED PRESIÓN PARA QUE ABRAN MÁS UNIDADES"
La sorpresa se la llevó Isabel cuando la unidad de fibromialgia de Son Espases le comunicó que no podía atenderla a causa de su condición de paciente de otro centro hospitalario. Concretamente, citando las palabras de Isabel, le informaron de que “desde hace dos años, esta unidad había adoptado esta determinación, es decir, prestar atención médica únicamente a pacientes con fibromialgia dependientes de Son Espases, pero no a los procedentes de otros hospitales. Es difícil de entender esta decisión, ya que no acudí a Son Espases por iniciativa propia, ni por capricho, sino porque era el único lugar en el que se me podía proporcionar este tratamiento”.
Aún desconcertada por la negativa del hospital de referencia a atenderla, Isabel tuvo también que escuchar las palabras de una de las integrantes del equipo de la unidad de fibromialgia, quien le indicó que estaría bien que ejerciera “presión sobre el Ibsalut para que abra más equipamientos dedicados al tratamiento de esta enfermedad. Y yo me pregunto: ¿de verdad piensan que una persona a la que le acaban de comunicar que sufre una dolencia tan grave e incapacitante como la fibromialgia se le debe, además, de cargar con la responsabilidad de ejercer presión sobre la administración sanitaria? ¿Acaso no tenemos bastante con hacer frente a nuestra situación de salud y a las consecuencias que se derivan de ella en cuanto a pérdida de calidad de vida y empeoramiento de las expectativas laborales? ¿No deberían ser ellos, los profesionales y los especialistas, quienes reclamaran más unidades de fibromialgia en Baleares en lugar de esperar que seamos los pacientes quienes las pidamos?”
RECLAMACIONES INFRUCTUOSAS
Desde que recibió la negativa de Son Espases a facilitarle tratamiento, Isabel ha movido cielo y tierra para dar a conocer su situación a los responsables del centro de referencia y del Servei de Salut de les Illes Balears. Hasta ahora, según cuenta, “todo ha sido en vano. He dirigido varios escritos a las administraciones correspondientes, me he personado en las dependencias del IbSalut, en Reina Esclaramunda, y el resultado siempre ha sido el mismo: no se me puede atender en Son Espases porque no soy paciente suyo”.
Entretanto, a sus 40 años de edad, Isabel sigue buscando una alternativa a su problema mientras, día a día, soporta los efectos de la fibromialgia sobre su salud. Cabe señalar que esta enfermedad se caracteriza por una sintomatología muy diversa, que abarca desde el dolor crónico generalizado hasta el cansancio intenso, las alteraciones de sueño o incluso los trastornos emocionales y anímicos, además de episódicas disfunciones cognitivas.
Desde 1992, hace prácticamente 30 años, la fibromialgia figura en el catálogo de enfermedades reconocidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que estima en un dos por ciento el contingente de población mundial que padece este problema de salud. El perfil mayoritario de pacientes responde al de una mujer de mediana edad, si bien esta patología puede aparecer en cualquier momento de la vida y atacar también a los hombres.
CAUSAS
Los especialistas no acaban de ponerse de acuerdo respecto a las causas que favorecen el desarrollo de una fibromialgia. Algunas investigaciones han descrito en estos pacientes el desarrollo de alteraciones de las moléculas que sirven para conectar las neuronas y los centros nerviosos, los denominados neurotransmisores cerebrales.
No obstante, otros estudios relacionan también la fibromialgia con factores como el estrés emocional, determinadas infecciones, o los traumatismos. En cualquier caso, la realidad es que los pacientes fibromiálgicos se ven abocados a una merma importante de su calidad de vida, especialmente por la carga no solo física sino también psicológica y emocional que supone la percepción de un dolor intenso durante la mayor parte de la jornada.
ALTERNATIVAS
Precisamente por esta razón, para estas personas resulta primordial acceder a un tratamiento efectivo que mejore sus expectativas de salud y lo haga de una manera rápida y efectiva. Según los expertos, este tratamiento ha de suministrarse de forma necesariamente individualizada (no hay dos casos iguales en el terreno de la fibromialgia) y ha de basarse en una combinación de las terapias físicas con las psicológicas.
En el primer apartado, cabe remarcar que el ejercicio físico aeróbico ha demostrado cierto beneficio para compensar las manifestaciones clínicas de la fibromialgia, especialmente los episodios recurrentes de dolor. Tampoco hay que desestimar la eficacia de otras tipologías de ejercicios, pero los de carácter aeróbico son los más recomendados por los expertos e incluso se estima que su efectividad es superior a la de algunos de los fármacos existentes hoy en día para tratar esta enfermedad.
FARMACOLOGÍA
Hablando, precisamente, de las alternativas farmacológicas, las opciones son numerosas y diversas, si bien los mejores resultados se han conseguido con el uso de determinados medicamentos antidepresivos y anticonvulsivantes, además de los analgésicos simples.
En cambio, técnicas como la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea, la acupuntura, la balneoterapia, los ultrasonidos o el láser, defendidos desde algunos foros médicos, no han puesto de manifiesto una eficacia clara en el tratamiento de la fibromialgia.
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