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Madrid, capital de España

Por Francisco Gilet
miércoles 14 de abril de 2021, 07:00h

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Los acontecimientos de Murcia, fallidos en parte, provocaron la reacción de Madrid, con Ayuso a la cabeza, y MAR, cubriendo sus espaldas. Una respuesta que, inicialmente circunscrita a Madrid, los hechos y discursos están elevando a un perímetro electoral muy superior. Un perímetro que está acumulando cuchilladas traperas de todo calado.

Iglesias, abandona su dorado cubil, para lanzarse a la arena y la salva de mandobles verbales, judiciales y mediáticos que recibe ya le obligan a soltar toda su bilis contra los medios de comunicación privados. En su retahíla de insultos subyace el anhelo de contemplar la existencia solamente de entes mediáticos públicos a las órdenes de su persona y sus alter ego soviéticos. Este sí seria su cielo asaltado; la eliminación de la liberad de prensa. Es el germen marxista que está implantado en todo comunista; yo y el partido.

Es decir, a una candidata autonómica acude a enfrentársele un primer espada, todo un vicepresidente del gobierno de la nación. En alguna medida, ya hay que agradecerle un hecho a la presidente candidata, eliminar un inútil vicepresidente de la mesa del Consejo. Seguramente el propio presidente, en su fuero interno, se lo está agradeciendo, aunque con dudas, visto lo que se avecina, con la otra comunista. Esta nueva vicepresidente no actúa a la gallega, empero serlo, sino que se atreve a soltar la mayor de las barbaridades auténticas, aludiendo a que comunismo es sinónimo de democracia e igualdad. Es imposible que los ucranianos, los rumanos, los polacos, los húngaros, los coreanos del norte, comulguen con tal gansada histórica.

Pero, no está en todo lo anterior el meollo de la cuestión. Ni en Ferraz ni en Génova, brindan con champan ante la elevación de la contienda electoral fruto de las estrategias de dos magos de la mercadotecnia electoral, Ivan Redondo y Miguel A. Rodriguez. El IR y el MAR han logrando que Madrid se haya convertido en el epicentro de una convocatoria electoral de ámbito superior. La bajada al ruedo de Iglesias, la salida a los medios de Sánchez y las amenazas fiscales de la ministra de Hacienda, han elevado el tono de la confrontación; ya no es Gabilondo o la Garcia, ni el Iglesia o el Bals quienes le discuten la victoria electoral a Ayuso, es el mismísimo presidente, mentiroso compulsivo, quien ha fijado como objetivo, suyo y de todo su gobierno, destronarla. IR, el hombre del hoy que no piensa en el mañana, le ha obligado a liderar la contienda, mientras que el otro, MAR, se frota las manos ante tal coyuntura; Ayuso ha destronado sin lucha a un vicepresidente, se enfrenta a un candidato soso, nulo y acuchillado por la ministra de Hacienda socialista, mientras el líder supremo hace uso de todo el poder del Estado para arrebatarle la victoria en las urnas. Y empero algún que otro fuego amigo, como la oferta de Casado a Arrimadas, cada vez que Iglesias, Montero o Sánchez hablan, no sube el pan, sino los deseos de votar al P.P. de Ayuso.

La vanidad del presidente, la habilidad de IR y el miedo a un triunfo del P.P. han conducido al socialismo a convertir una confrontación regional en nacional. Un enfrentamiento que no viene de ahora, sino que, por inquina, por aversión, por menosprecio, ha ido madurando desde antes del encuentro de las banderas en la Puerta del Sol. Los desprecios al gobierno autonómico, sea por la pandemia, sea por el estado de alerta, sea por las vacunas, sea por los fondos europeos, sea por los cierres perimetrales, sea por no descolgar el teléfono, son los polvos que ahora traen estos lodos. Y en ellos, el 4 de mayo, puede enfangarse, no Gabilondo, pobre infeliz, sino el mismísimo Sánchez, arrastrando a su gurú personal el IR, hombre hábil para adjudicarse éxitos ajenos y endosarle a otros sus fracasos. Mientras, Ayuso, gozando de autonomía de partido, se frota las manos ante las intenciones de voto que van surgiendo. Y MAR continua con su táctica de no enfrentamiento a VOX y sí a todo lo que huela a socialismo, a comunismo o a populismo. Los esfuerzos de Sánchez son y serán extraordinarios, sin embargo, mientras los madrileños sean conscientes de que se juegan la libertad de ser ciudadanos en todos los ámbitos de su vida, al ridículo de la vice Diaz se le unirán los silencios de Montero e Iglesias.

Y por encima de todo ello, el fracaso de un político que no ha ganado una elección en su vida política y que es presidente del gobierno gracias a la votación producto de la compra de los votos de todosquienes desean que España no tenga ni capital, es decir, no exista.

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