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No es momento de politiqueos en plena pandemia

miércoles 17 de marzo de 2021, 00:00h

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Los movimientos políticos emprendidos por los partidos durante la última semana sorprenden a la ciudadanía mientras el país vive inmerso en una pandemia de consecuencias históricas. Las tácticas que sobre todo han puesto en marcha PSOE, Ciudadanos, PP y Podemos -desde que se anunciara la moción de censura en la comunidad de Murcia y se desbocara la acción de todos ellos- no parecen atender a las necesidades reales que reclaman ahora ni murcianos, ni madrileños, ni el conjunto de los españoles.

La escalada ha ido creciendo hasta alcanzar al propio Gobierno de la nación, del que sale su vicepresidente Pablo Iglesias, en una nueva pirueta que parece tener más que ver con las ansias de supervivencia de una formación política en declive, que con la atención de los problemas reales que acucian a los ciudadanos. El fenómeno ya se produjo cuando el entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa, salió del Gobierno en uno de los peores momentos de la pandemia para encabezar el cartel de su formación política en las elecciones a la Generalitat de Catalunya. Puro tacticismo político del PSOE que quiso aprovechar el tirón de Illa. Ahora, sin embargo, el proceso ha ido a más y, desde hace una semana, implica ya a todas las formaciones importantes de la escena política actual, pendientes más de sus estrategias de poder que de la gestión pura y dura que necesita el país.

La situación se ha desbocado en muy pocos días hasta el punto de que es imposible adivinar cuándo puede acabar. En Madrid se habla, por ejemplo, de una convocatoria adelantada de elecciones generales para noviembre con la que los despachos de Moncloa pretenderían tanto prescindir de sus actuales socios -aumentando su mayoría- como pillar descolocados a sus adversarios. Una nueva estrategia que pararía el país durante meses en plena crisis del coronavirus y cuando está en juego la reactivación que debe llegar de la mano -y los fondos- de las instituciones europeas.

La política española no debería confundirse con los politiqueos propios de las series de Netflix. Lo que necesita la sociedad son certidumbres, estabilidad y la mejor gestión de los recursos para salir de la maltrecha situación en que se encuentra. Si quienes están al frente de las instituciones no lo ven así, posiblemente no merezcan ocupar esos puestos y los ciudadanos deberán recordárselo en las urnas.