El culebrón Illa

No es lo mismo ser licenciado en Filosofía que filosofo. Si algo define a un filósofo es que tiene claro lo que es sustancial y lo que es irrelevante además de tener una buena relación con la verdad y la veracidad. Esta claro que estos pre-supuestos no definen y no caracterizan al ciudadano Illa , que ha sido ministro de sanidad , entre enero de 2020 y enero de 2021 y candidato a la presidencia de la Generalitat de Catalunya por el PSC para las elecciones autonómicas catalanas del 14 de febrero de 202 .

Durante los últimos meses era un ministro bicéfalo, a tiempo parcial, ejercía de ministro de sanidad y a la vez de candidato. La verdad es que nadie en el mundo sanitario, ha notado su ausencia, ya que ha sido desde el minuto 1 un ministro totalmente prescindible, done las sombras prevalecen sobre alguna luz tenue en su gestión sanitaria.

Como la humildad no es lo suyo, y esto lo comparten en grado mayúsculo, el insoportable leve y mitómano Sánchez Castejón y el médico, portavoz- altavoz sanitario, el ínclito Simón, no tuvo el coraje de dimitir y de irse al principio de la pandemia , asumiendo que el no tenia ni repajolera idea de gestionar la mayor crisis socio sanitaria que ha padecido el mundo y por ende los españoles. De ahí las sobreactuaciones, las cagadas, las mentiras, los graves errores, el cainismo político y la impostura que han presidido su año de andanzas en el Ministerio.

El ministro ha dejado un rastro, cuyos mojones, por mucho que el publicitario mayor del reino, I-vanidad Redondo, intente esconder o manipular. No. hay amnesia posible para mas de 85.000 lapidas de ciudadanos muertos. Hace falta mucho cuajo y una conciencia con muletas para negar los 25.000 fallecido por la pandemia.

Está claro que adolece de coraje político y que niega conscientemente la realidad. Es así como se construye la des-acreditación y la des-afeccion que tenemos los ciudadanos de muchos políticos. La megalomanía, la soberbia y el narcisismo de Illa, se impusieron sobre la racionalidad y el principio de realidad, cuando no supo rodearse de un comité de expertos con valía y prestigio, para que dada su ignorancia en la gestión de la peor pandemia que nos ha asolado, pudieran guiarle y asesorarle.

Mas aun mintió, una vez más sobre el tema. Alentó y amplifico, por actuar solo con fines políticos y partidistas, las falsas expectativas de su seudoloideres, con respecto a la evolución de la pandemia. Del desgobierno de su seudoliderazgo se pasó a la cogobernanza autonómica, pero como el perro hortelano. Y para colofón, se va, sin el menor atisbo de autocrítica, con la sublime frase de “no me arrepiento de nada”. Con dos bemoles. Toma parida filosofal. Toma déficit superyoico. Toma pocoyoismo egocéntrico. Se va dejando el caos de la vacunación y con el de-sustanciamiento del autoengaño. Está claro que cree que mea colonia, suda Chanel five y caga perlas.

Si no se arrepiente de nada porque se va por la puerta trasera, sin rendir cuentas en el Parlamento. Sublimes las alabanzas de Marlaska y su Sanchidad. Y para remate, para animar a la abogada canaria, que le sustituye en el Ministerio, le dice que “le va a encantar el trabajo”.

Con casi 500 muertos al día, a punto de llegar a los 100.000, con un caos organizativo en la vacunación, con una sanidad pública desbordada, con más de 107 médicos muertos en activo por el Covid, este mal filosofo, se atreve a decirle a su sustituta, que el paraíso le espera. Hace falta mucha jeta.

Se va un pésimo ministro. al que le cabe ponerse la medalla, de la huelga medica nacional que hacia 25 años que no se convocaba.

Hay que reconocerlo, nos ha tocado vivir una época de seudolideres políticos de distinto pelaje que exige mucho cuajo, paciencia, capacidad de resistencia y que nos deparan sorpresas y malentendidos diariamente. De donde no hay no se puede sacar y como decía el maestro Castilla del Pino: "Una vez descubierto lo falso se impone la impostura y la sobreactuación tratando de proyectar la mejor imagen posible a la ciudadanía”.

Ya saben en derrota transitoria pero nunca en doma