En el marco de las actuales restricciones en el sector de la hostelería en Mallorca, sólo cabe por ahora la opción de ofrecer 'take away' y servicio a domicilio. Así será en principio hasta el próximo 30 de enero, a la espera de que mejore la situación sanitaria en la isla. En cualquier caso, las principales patronales llevan ya varios meses pidiendo al Govern que tome distintas medidas para garantizar la supervivencia de un sector clave en la economía balear.
Uno de los locales con los que ha hablado mallorcadiario.com es Es Vaixell, en El Molinar. Este bar, famoso por sus llonguets, cuenta con una clientela muy fiel. Sus responsables dicen que el 'take away' les está funcionando "muy bien" hasta el momento, si bien reconocen que si no fuera por la pandemia, el local estaría trabajando en esta época invernal "a pleno rendimiento". Ahora, con las restricciones, la caída de los ingresos es importante, pero aun así van "tirando".
En un sentido más escéptico se pronuncia Javi, de la cafetería Zodiac, ubicada en las Avenidas de Palma. Con el 'take away' ni gana ni pierde, pero añade que a nivel económico está "exhausto", porque llevan ya un año "operando a trancas y barrancas". Esa percepción se complementa con la que tienen las patronales. Así, la presidenta de PIMEM-Restauración, Eugènia Cusí, indica que el 'take away' no supone en ningún caso una solución, ni siquiera transitoria, para el mantenimiento del sector. "Si usted camina por la calle, verá que está casi todo cerrado y que el 'take away' es testimonial", recalca.
Uno de los sectores más afectados por la crisis
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Leer másEn estos momentos, aún no hay estadísticas sobre el porcentaje de establecimientos que estarían dando ahora mismo ese servicio, pero Cusí cree que no llegan ni al cinco por cien del total. Por su parte, el presidente de CAEB-Restauración, Alfonso Robledo, hace referencia inicialmente a la otra posibilidad que hoy existe, la del servicio a domicilio, que "no es fácil" de cubrir. Prestar dicho servicio resulta "complicado" para los restaurantes, pues se necesita contar con "una infraestructura previa". En ese sentido, el 'take away' se presenta como una opción más factible, pero sólo a priori. "El problema es que hay demasiada oferta y que la gente no tiene ahora dinero", aclara Robledo, para añadir: "La gente está muy asustada, tiene mucho miedo y la economía está parada". En el mejor de los casos, el 'take away' es "sólo un pequeño parche".
PETICIÓN DE APOYO INSTITUCIONAL
En ese contexto, la responsable de PIMEM-Restauración formula dos peticiones al Ejecutivo que preside Francina Armengol. En primer lugar, reclama que las restricciones que se adopten "estén justificadas sanitariamente" y pide también poder ver "esos índices sanitarios que demostrarían que el sector es un foco de contagio y de propagación del virus", porque hasta ahora no habría "ninguna información oficial" ni por parte del Ministerio de Sanidad ni del Govern en ese sentido. "De hecho, los informes que presentan atribuyen al sector de la restauración unos porcentajes mínimos de contagios", destaca Cusí. A ello habría que añadir las declaraciones públicas de distintos representantes políticos a nivel nacional y autonómico, que "dicen que la mayoría de los contagios se producen en el ámbito familiar".
Para Cusí, debe haber "una cierta coherencia" entre la incidencia de los contagios y los lugares donde se actúa. A partir de ahí surgiría la segunda petición que hace al Govern. "Si se tiene constancia de que efectivamente la restauración supone un foco de contagio y conviene imponer ciertas medidas restrictivas, pedimos que esas medidas vengan acompañadas de una compensación económica para los negocios que deben cerrar", especifica. Esa compensación debería ser "acorde al lucro cesante o a la pérdida económica que supone ese cierre". En esa misma línea crítica, Robledo afirma que "es evidente que necesitamos ayudas, porque nos han cerrado y tenemos que seguir pagando lo mismo, aun cerrados". En el caso de quienes no han cerrado del todo, como se ha indicado, el 'take away' tampoco es la solución.
Las patronales consideran que en estos momentos no hay ni explicaciones ni ayudas suficientes por parte del Govern. "No está habiendo una coherencia entre las medidas que se toman en relación a cómo se producen los contagios en restauración y tampoco se están compensando los cierres", resume Cusí. "Es una forma de actuar que a los empresarios, los trabajadores y los ciudadanos en general nos cuesta muchísimo entender", lamenta a continuación. Para PIMEM, serían necesarios unos 500 millones de euros para ayudar a los distintos sectores afectados ahora por los cierres. "Los 100 millones que ha puesto el Govern sobre la mesa no son suficientes", apostilla.
VALORACIÓN DE LAS PROTESTAS
Tanto Cusí como Robledo se pronuncian también sobre las dos recientes protestas que ha habido en Palma, que no han contado con el apoyo de las patronales, pero sí con su comprensión. "En el momento en que se convocan y se producen manifestaciones, es que hay un descontento que es necesario atender, que deriva de que lo que se ha hecho hasta ahora ha sido insuficiente", explica Cusí. En ese sentido, son "un toque de atención". Al hilo de ambas marchas, la presidenta de PIMEM-Restauración indica que "son los propios trabajadores" los que están saliendo a la calle. "Lo que queremos todos es trabajar y dar trabajo, y lo que no se entiende es que se sigan poniendo palos en las ruedas sin ninguna justificación sanitaria consistente para el sector", señala.
Preguntada por los incidentes que hubo en la primera protesta y por el incumplimiento de las resoluciones fijadas desde la Delegación del Gobierno en ambas marchas, Cusí responde con una analogía. "Todos los que conducimos conocemos las normas de circulación, pero hay gente que se las salta y por eso se les multa", indica, para añadir: "Cada uno es libre de conducir cumpliendo la normativa de circulación o no haciéndolo, pero sabiendo que si no lo hace habrá unas consecuencias". En el caso de las manifestaciones, pasaría exactamente lo mismo. "Si elegimos actuar de una manera que no está bajo los parámetros autorizados, nos arriesgamos a una sanción, y cada uno es libre de correr ese riesgo o no", concluye.
Para Robledo, "la primera manifestación tuvo más sentido", pues en la segunda "se habló ya de otras cosas, de carácter más bien político". El responsable de CAEB-Restauración defiende, como ha hecho ya otras veces, el poder de la negociación. "Nosotros necesitamos ayudas y lo que debemos hacer es sentarnos en las mesas de negociación y hablar, para que los actuales gobernantes vean las dificultades reales que tenemos para poder subsistir", sintetiza. En ese sentido, en estas últimas semanas se ha podido constatar ya que ni el 'take away' ni el servicio a domicilio pueden garantizar para los bares y los restaurantes esa anhelada y necesaria supervivencia.
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