El Govern comienza la semana con un nuevo cribado masivo, en este caso en el barrio de Son Serra-La Vileta, en Palma. Sigue así la estrategia llevada a cabo la semana anterior con el cribado en Es Rafal, que permitió identificar a 51 vecinos positivos en coronavirus tras someterse a las pruebas que durante tres días analizaron a un total de 3.143 ciudadanos de este barrio, y otros cribados puntuales en municipios de alta incidencia.
Esta estrategia de cribados masivos -al igual que la posibilidad de realizar pruebas de antígenos en las farmacias- permite a las autoridades sanitarias adelantarse al problema, identificar casos asintomáticos y actuar de forma preventiva. Siempre es mejor esta opción que la alternativa de tener que adoptar más medidas restrictivas cuando el problema ya parece incontrolado, como ocurre actualmente. Los cribados masivos y las restricciones no son estrategias excluyentes entre sí, pero siempre valdrá más la pena avanzarse en la resolución del problema que ir a remolque cuando el nivel de contagios se dispara.
Los cribados planificados por barrios -en colaboración con el Ayuntamiento de Palma en los casos citados- cuestan dinero, así como la movilización de recursos públicos que requieren de una gran coordinación y trabajo. El esfuerzo no es pequeño, pero los cribados constituyen un buen ejemplo de lo que debe ser la actuación de una administración que no se resigna a actuar cuando el problema ya se encuentra desbocado. Gastar en cribados ahora permitirá ahorrar en futuras hospitalizaciones, evitará sufrimiento y reducirá la tensión que acumula el sistema sanitario.
A la espera de que la vacuna empiece a tener un efecto decisivo en la inmunización de una parte considerable de la población, esta opción parece la mejor estrategia preventiva. Especialmente cuando Mallorca alcanza una incidencia acumulada de 621 casos por cada 100.000 habitantes y Palma supera los 700.
En un momento en que los hospitales se hallan al límite por el nivel de contagios, y sectores como el comercio y la restauración se declaran incapaces de subsistir si las restricciones a sus negocios no se alivian en breve, es de aplaudir una estrategia de cribados sobre la que cabe pensar si no podría haberse iniciado antes o ampliarse ahora a muchos más barrios o localidades.