Dentro de poco acabará el primer trimestre de un curso escolar que empezó rodeado de incertidumbre y miedos. Miedo al contagio entre menores, miedo al contagio a los abuelos, estrés en los turnos de entradas y salidas, por llevar la mascarilla bien puesta, por llevar las manos bien limpias...Unas preocupaciones que no han desaparecido pero a las que nos hemos acostumbrado.
El profesorado ha hecho una labor increíble, pero hay que reconocer el mérito de los niños, que fueron los que más rápido de adaptaron a todo esto.
Una vez más, nos han dado una lección. Confiemos más en ellos.
Montse Vidal.