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Cultura y espectáculos, en alerta por el coronavirus

sábado 19 de septiembre de 2020, 00:00h

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No hay sectores que escapen a la crisis económica producida como consecuencia de la pandemia; sólo unas actividades muy concretas apoyadas en internet pueden sortear con relativo éxito la difícil situación. Los últimos en poner de manifiesto el descomunal descalabro que supone la evolución del coronavirus, y las consiguientes restricciones a la reunión de personas, es el sector de los espectáculos y la cultura. Este jueves, 28 ciudades de todas España -incluida Palma- eran escenario de una protesta bautizada como "Alerta Roja" con la que se pretendía llamar la atención sobre una situación que afecta a 700.000 trabajadores y a una industria que genera el 3,8 por ciento del PIB nacional.

Las limitaciones -cuando no directamente la prohibición- que sufren los conciertos, el teatro, los eventos o las actividades culturales de cara al público ponen muy difícil la supervivencia del sector. Sus empresarios y profesionales se sienten desamparados y reclaman un mayor compromiso por parte de las administraciones, máxime cuando una parte considerable de su actividad está muy vinculada a espacios de titularidad pública, ahora cerrados o sometidos a grandes restricciones.

Como cualquier industria, el sector de la cultura y los espectáculos necesita de seguridad jurídica para poder desarrollarse. En este sentido, hace falta una reglamentación adaptada a las circunstancias actuales que permita la continuidad de las actividades. Sería oportuno aceptar la mesa de trabajo que propone la industria para debatir soluciones a la crisis y evitar el hundimiento de un sector. Reducción del IVA, prórroga de los ERTEs, reconocimiento del trabajo como una actividad intermitente, legislación adaptada, reducciones fiscales, ayudas a los autónomos... son algunas de las peticiones que están sobre la mesa por parte de los profesionales.

Se trata de que la pandemia no acabe con una actividad que si por algo se caracteriza es por su capacidad de innovar, crear y adaptarse, cualidades que no sobran en la gestión de la actual crisis.