En el momento más delicado de la temporada turística, con las medidas sobre la cuarentena británica amenazando la estabilidad de toda la industria vacacional balear y de sus diversos subsectores, el Govern autonómico se ha propuesto no enarbolar todavía la bandera de la rendición y continuar porfiando por un desenlace positivo de la crisis que se abrió el pasado sábado cuando el Gobierno presidido por Boris Johnson anunció, por sorpresa y de forma unilateral, la imposición de un período de aislamiento de 14 días para todos los viajeros que lleguen a Reino Unido procedentes de España.
Así hay que entenderlo tras las manifestaciones de la presidenta balear, Francina Armengol, en el sentido de que no da "la negociación por perdida" en cuanto a la posibilidad de que Baleares quede excluida de las nuevas directrices del Gobierno británico a partir de la evidencia de que los datos epidemiológicos en las islas, al igual que ocurre también en el caso del archipiélago canario, son sensiblemente mejores que los de la mayor parte del territorio nacional y, sin duda, más halagüeños que los existentes en estos momentos en Reino Unido.
Como se recordará, a pesar de la insistencia de las diversas administraciones y de los sectores económicos y turísticos, incluidos los de Gran Bretaña, el Ejecutivo de Johnson no ha dado, por el momento su brazo a torcer en la solicitud prácticamente unánime de no realizar distinciones en la aplicación de la cuarentena a los pasajeros provinientes de cualquier punto del territorio español.
No solo eso, sino que Johnson elevó todavía más su castigo a Baleares y Canarias cuando, el pasado lunes, incluyó a ambos archipiélagos entre las zonas de España que su gabinete desaconseja visitar mientras la situación creada en torno a la crisis de la Covid-19 no se halle absolutamente controlada. Inicialmente, las dos comunidades insulares no habían formado parte de la lista de 'territorios no recomendables' divulgada desde Londres.
CORREDORES TURÍSTICOS
Para el Govern balear, la gran esperanza para poner fin al callejón sin salida que ha originado la postura británica y que está provocando un auténtico aluvión de cierres de empresas y pérdida de puestos de trabajo en las islas, pasa por la creación de un corredor turístico seguro con Reino Unido, similar al que se configuró con Alemania durante la puesta en marcha del plan piloto que permitió trazar los primeros esbozos de recuperación de la actividad turística, con Baleares como comunidad pionera en el conjunto de España.
Este corredor seguro es la apuesta del Ejecutivo de Armengol para propiciar un giro de 180 grados a la dramática tesitura en la que se halla inmersa la economía insular. La presidenta ha anunciado que su equipo está "trabajando intensamente" con el Gobierno central para hacer realidad este objetivo. No obstante, Armengol no entiende la posición de Reino Unido, ya que, a su juicio, "no tiene ninguna lógica ni ninguna motivación sanitaria".
Para la jefa del Ejecutivo es "sorprendente" que, existiendo en Baleares una mejor situación epidemiológica, Reino Unido mantenga activo el negocio turístico con otros países, como Estados Unidos, que presentan una curva de contagios mucho más acusada.
ARMENGOL: "BALEARES TIENE LA EXPERIENCIA Y LAS GANAS DE REACTIVAR LA ECONOMÍA"
Más allá de las críticas a Reino Unido, Francina Armengol ha asegurado que la negociación "sigue viva" porque, según su punto de vista, "Baleares tiene la experiencia, el 'know how', la preparación, los trabajadores y las ganas de reactivar la economía", como se hizo patente, siguiendo su argumentación, "cuando en junio las islas llevaron adelante el único corredor turístico seguro", en unos momentos en que el proceso de desescalada aún no estaba plenamente culminado.
Para hacer realidad su objetivo, Armengol es consciente de que precisa de la implicación no solo del Gobierno español sino, muy especialmente, del británico, a quien ha reclamado una "decisión justa" respecto a la extensión de las medidas sobre cuarentena y le ha recordado la predisposición y el deseo de "un gran número de ciudadanos británicos" de viajar a Baleares para disfrutar de sus vacaciones en el archipiélago.
109 PAÍSES MANTIENEN RESTRICCIONES A LOS VIAJEROS ESPAÑOLES
Reino Unido no es el único país del mundo que, actualmente, impone restricciones a la llegada de viajeros desde España. De hecho, según los datos actualizados esta misma semana, un total de 109 países mantienen en vigor algún tipo de prohibición o restricción que afecta a pasajeros españoles, o incluso, en determinados casos, continúan sin autorizar la reanudación de las comunicaciones aéreas y marítimas con nuestro país.
De esta manea, en la lista de países que imponen un plazo de cuarentena a ciudadanos procedentes de España figuran, además de Reino Unido, otros estados europeos, como Bélgica, Países Bajos, Estonia, Lituania, Letonia, Finlandia, Irlanda y Noruega. La relación comprende a un total de 27 naciones, entre las que también se encuentran Rusia, La India, Irán y Corea del Sur.
Por su parte, otros 30 países aplican otras medidas, como, por ejemplo, la obligación de que los pasajeros españoles cumplimienten a su llegada un documento escrito en el que figuran preguntas sobre su situación sanitaria. Así ocurre en Italia, Malta, Turquía, Bulgaria, Chipre y Dinamarca. Este último país, además, refuerza sus actuaciones preventivas cuando se trata de viajeros que llegan desde la comunidad autónoma de Aragón, que deben someterse a una prueba PCR para descartar que no presentan contagio por Covid-19.
LOS GOBIERNOS DEL NÚCLEO DURO
En el núcleo más duro en cuanto a las directrices restrictivas se sitúan los países que prohíben directamente la entrada en el país de ciudadanos españoles, o que han suspendido las comunicaciones por aire o por mar con España. En este grupo figuran Angola, Arabia Saudí, Argelia, Argentina, Armenia, Australia, Azerbaiyán, Bahréin, Belice, Bolivia, Botsuana, Brasil, Brunéi, Burkina Faso, Burundi, Bután, Cabo Verde, Canadá, Chad, Chile, China, Colombia, Comoras, Costa Rica, Cuba, Dominica, Emiratos Árabes Unidos y El Salvador.
También mantienen vigente este tipo de medidas Eritrea, Estados Unidos, Filipinas, Fiyi, Gabón, Gambia, Ghana, Guatemala, Guinea Bissau, Guinea Conakry, Guinea Ecuatorial, Guyana, Honduras, Indonesia, Irak, Islas Marshall, Islas Salomón, Israel y Japón, así como Jordania, Kazajistán, Kenia, Kirguistán, Kiribati, Kuwait, Libia, Madagascar, Malasia, Malaui, Marruecos, Mauricio, Mauritania, Micronesia, Mozambique, Birmania y Namibia.