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Armengol toma el control de la desescalada

lunes 08 de junio de 2020, 00:00h

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Baleares da hoy un paso más hacia el final de estado de alarma. El estreno de la Fase 3 en las Islas llega con muchas modificaciones sobre lo inicialmente previsto y supone, sobre todo, la toma de control de la desescalada por parte del Govern. El ejecutivo presidido por Francina Armengol se convierte en el órgano que debe decidir, a partir de ahora, sobre las diferentes normas aplicables en todos los sectores de la actividad económica y de la vida social en las Islas. También, sobre el final de la Fase 3 y la llegada de la "nueva normalidad", aunque en este caso deberá solicitarlo al Gobierno central que no ha querido desprenderse de esta prerrogativa y que, de hecho, ultima un real decreto para fijar las normas generales de la nueva etapa.

En manos de Armengol queda, sin embargo, buena parte de cómo debe evolucionar la vida cotidiana en Baleares a partir de ahora. El Govern publicaba este domingo el decreto de flexibilización, regulación y graduación de las restricciones en el ámbito de las islas para la Fase 3. En este decreto ya se recogen singularidades que hacen diferente la Fase 3 de Baleares a la de otras comunidades en la misma condición. La regulación de la actividad docente a partir de ahora o la negativa a reabrir el sector del ocio nocturno son prueba de ello.

En este ultimo caso, el Govern niega la posibilidad de reapertura a discotecas y locales de ocio desmarcándose de la norma aprobada por el Gobierno central que permitía a estos locales abrir en Fase 3 siempre que no superasen un tercio de su aforo y con la prohibición de bailar. Armengol ha afirmado que "no es una prioridad" y que "no es el momento de dar pasos en falso".

El sistema en esta fase final de la desescalada permite al Govern ir dando pasos en función de las necesidades que se adviertan y tomar decisiones en breve espacio de tiempo. Esta circunstancia debe servir para reaccionar con celeridad a las demandas realizadas desde los diferentes sectores económicos. Incluso cabe la posibilidad de que Baleares acelere la desescalada y retire progresivamente en un breve lapso de tiempo las restricciones o prohibiciones impuestas. Un hecho que ayudaría a relanzar la economía y protegería a la comunidad de la crisis económica derivada de la pandemia y el cierre de actividades.

El orden interno queda en manos del Govern. No ocurre lo mismo con otros asuntos que son capitales para Baleares como es la llegada del turismo; una realidad que sigue a la espera de que Madrid y Europa aprueben el plan piloto de llegada de turistas a mediados de junio mediante corredores sanitariamente seguros con regiones europeas con similar nivel de infección. Este proyecto es básico para la industria turística, que ve cómo países competidores se están adelantando. Presionar para que el plan vea la luz también es tarea del Govern, comprometido en este objetivo con patronales y sindicatos, pero con el silencio como respuesta hasta el momento.