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'En todas las crisis, siempre estamos en primera línea'
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"En todas las crisis, siempre estamos en primera línea"

Por José Luis Crispín
martes 12 de mayo de 2020, 06:00h

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Trablisa, una empresa familiar mallorquina con más de 44 años de experiencia, es actualmente un referente en el campo de las empresas de seguridad. Joaquín Juan, director comercial de Sistemas, reseña en esta entrevista concedida a mallorcadiario.com la importancia de la innovación en los dispositivos de seguridad y la cercanía con los clientes. Joaquín Juan subraya que la pandemia ha incrementado los dispositivos de control sanitario y constata el notable incremento de las peticiones ante el miedo a la ocupación de las viviendas.

¿A diferencia de otras empresas de seguridad, cómo afronta una empresa familiar y mallorquina una pandemia como la del coronavirus?

Como en todas las empresas familiares, lo principal y fundamental para Trablisa es cubrir las necesidades de los clientes con un servicio eficaz, próximo y competitivo en precio. Y para hacerlo tenemos muy en cuenta que nuestros clientes y trabajadores son personas, no números. Respecto a la actuación ante la pandemia, estamos muy pendientes de nuestros clientes en el confinamiento, reforzando la vigilancia de los negocios que permanecían cerrados y también de las segundas residencias.

Como empresa más longeva del sector, aparte de las actuaciones a nivel nacional, también han ampliado su campo de actuación en materia de seguridad en otros continentes.

Entendemos que nuestro campo de actuación pueda extenderse hacia otros continentes, siempre que las condiciones sean favorables. Uno de los servicios que realizamos en el extranjero y del que más orgullosos nos sentimos es la protección de un grupo de atuneros vascos en el Océano Índico. Es el único servicio autorizado en España donde podemos usar armas de guerra para defender a esta flota pesquera. No se debe olvidar que por esta zona la presencia de piratas es una constante.

¿Tiene algo que ver esta ampliación del negocio con lo que se ha definido como “cultura familiar del esfuerzo”?

Las empresas familiares se caracterizan por la constancia y por el esfuerzo continuo de cada uno de los miembros que la componen. Y no sólo desde la parte directiva, sino también de todas aquellas personas que se encuadran en lo que llamamos “el último metro” con el cliente, en esta cercanía es donde se aporta el valor, el trato profesional, pero humano.

¿A qué se refiere cuando habla del “último metro”?

El último metro es la zona donde realmente se encuentra la adaptación y la comunicación con el cliente, el aporte personalizado del servicio. El objetivo es que cuando un vigilante esté trabajando en una comunidad de propietarios o en una empresa o cuando un asesor de seguridad, un técnico o nuestro servicio de intervención inmediata se desplaza por el salto de una alarma el cliente nos sienta como propios. Y esto solo se consigue con profesionalidad y trato humano.

“La innovación debe ser una constante en las empresas de seguridad”

Ante el Covid-19, ¿cómo ha afrontado Trablisa que sus trabajadores estén en la primera línea de riesgo como puertos, aeropuertos y constantemente en la calle?

Nuestra vocación es la seguridad de las personas, y ante una situación como esta hay que actuar con mucha responsabilidad para ser siempre parte de la solución, aportando valor y servicio. No hay que olvidar que nosotros siempre estamos en primera línea. Apoyamos a la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y estamos en continua comunicación con ellos para evitar todo tipo de incidencias relacionadas con la seguridad. Hemos pasado por muchas crisis, esta no es la primera, aunque siempre sentimos que la última es la peor. Los que están en primera línea siempre suelen ser los mismos, aunque al tratarse ahora de un problema de ámbito sanitario, en primera fila están los sanitarios, a los que hay que agradecer públicamente su trabajo igual que al resto de trabajadores que también lo están. En esta pandemia, como cualquier empresa, hemos adoptado las medidas de seguridad excepcionales que nos ha fijado el gobierno; son las mismas medidas que se han adoptado para las Fuerzas de Seguridad del Estado.

¿Cómo ha evolucionado el nivel de seguridad en empresas como Trablisa a lo largo de los años?

No hace tanto en España estábamos acostumbrados a tener un índice de delincuencia muy bajo. En los años 80 nos encontramos con que la delincuencia iba en línea con la aparición de las drogas. En esa época la percepción de riesgo se podría definir como escasa, se colocaban alarmas conectadas a una Central Receptora principalmente en alguna nave industrial, en alguna residencia principal, joyerías, algún estanco o administración de loterías y en los establecimientos de cambio de moneda. No obstante ya diseñamos dispositivos técnicos de protección únicos como nuestra propia segunda vía de transmisión (T-500) por si el ladrón decidía sabotear la alarma. También fuimos pioneros a la hora de diseñar servicios. El caso más llamativo y más valorado por nuestros clientes es el llamado “Servicio de Acuda”, que en caso de alarma desplaza a nuestros vigilantes, distribuidos en bases situadas estratégicamente en el territorio para hacer posible una intervención inmediata presencial para saber qué es lo que está pasando. Con el tiempo todo esto ha ido cambiando a la par que ha cambiado la sociedad. Ya a principios de siglo empezaron a surgir nuevas formas de delinquir, los ladrones se van profesionalizando y aparece un modus operandi que permaneció durante años: primero nos informaban del robo de alguna empresa que comercializaba herramientas, sustrayendo material muy específico para forzar puertas, rejas o incluso para abrir cajas fuertes y siempre antes de un periodo vacacional. Después, en los días de fiesta, cuando muchas personas habían abandonado el domicilio principal para acudir a sus segundas residencias y los polígonos industriales quedaban desiertos, los delincuentes aprovechaban para actuar, por lo que había que estar muy atento y actuar de forma rápida para abortarlos. Con el paso de los años la profesionalización de los ladrones ha aumentado considerablemente. Se han organizado por bandas que incluso vienen de otros países donde por desgracia el secuestro y el asalto con violencia está a la orden del día. La percepción del riesgo ha aumentado considerablemente, así como la tecnología que hemos tenido que poner al servicio de nuestros clientes y de la sociedad: sistemas de alarma de última generación, sistemas de analítica de vídeo muy sofisticados y con reconocimiento facial, sistemas de control de accesos a ciudades y empresas todos ellos conectados a nuestra Central Receptora para actuar de forma inmediata en caso de producirse cualquier incidente.

¿Entonces, cuál es actualmente el nivel de percepción de riesgo?

El miedo y la incertidumbre son dos factores que elevan considerablemente la percepción del riesgo. Al inicio, cuando estalló la pandemia, tuvimos un importante pico de demanda de empresas que debían cerrar y era preciso proteger el material que quedaba en su interior. El sector hotelero fue uno de los primeros que activó medidas de seguridad extraordinarias. En la fase en la que nos encontramos ahora se prioriza la protección de la vivienda, y no solo la segunda residencia sino también la vivienda habitual con numerosas peticiones de refuerzo con sistemas sofisticados de protección. En cuanto a las segundas residencias y viviendas vacacionales, la necesidad se centra e evitar robos y ocupación aumentando mucho la demanda de diversos dispositivos específicos para estos casos. Las noticias de una crisis severa en otoño hacen que muchos de nuestros clientes y otros que no lo eran nos pidan asesoramiento para proteger también grandes empresas.

"El miedo y la incertidumbre son dos factores que elevan considerablemente la percepción del riesgo"

¿Se ha planteado Trablisa diversificar su oferta ampliando su actuación a otros campos como podría ser la ciberseguridad?

Trablisa ya está avanzado en campo de la ciberseguridad. Contamos con un plan que estamos ejecutando. La vigilancia por drones ya es una realidad. Las soluciones de lectura de matrícula para el control de accesos y la seguridad en las ciudades, municipios y empresas ya es una realidad fruto de nuestro comité de innovación. No obstante, esta crisis sanitaria que ha irrumpido de repente ha hecho que tengamos que adaptarnos a la demanda que entendíamos se iba a producir lanzando sistemas de seguridad muy específicos como cámaras termográficas que miden la temperatura corporal y dispositivos de control de accesos que indican que una persona puede o no entrar en un lugar, te mide la temperatura y si llevas colocada la mascarilla. Además, también contamos con dispositivos de control del aforo que controlan los cupos de personas que pueden entrar al local sin superar el límite permitido.

¿Hacia donde se dirigen las necesidades de los ciudadanos y las empresas en materia de seguridad?

La innovación debe ser una constante en las empresas de seguridad para poder proveer de soluciones que se anticipen a las necesidades de los clientes. La pandemia ha actuado de catalizador acelerando cambios a una velocidad jamás imaginada y como consecuencia de ello cada día todos nos encontramos en un escenario diferente al que debemos hacer frente y ayudar a nuestros clientes para que sus familias y bienes estén protegidos. Debido a esto, y ante las previsiones económicas que los expertos vaticinan y su consecuente incertidumbre, desde Trablisa estamos redoblando esfuerzos para aumentar la seguridad de nuestros clientes usando la tecnología y así anticiparnos y evitar cualquier amenaza que pudieran sufrir.

¿Cómo lograr que en un mundo tan competitivo y, sobre todo, global, Trablisa no deje de estar entre las empresas punteras?

Para ser el número uno es importante contar con una buena competencia, que existan otros para poder competir y estar siempre en guardia y aprender continuamente. Pero la clave sigue siendo escuchar al cliente para detectar cuanto antes sus nuevas necesidades. Por ejemplo, estoy pensando en una cadena de supermercados a la que le preocupaba especialmente la llamada pérdida desconocida, es decir, productos que se extravían debido al hurto interno y externo. Diseñamos un proyecto con dispositivos y protocolos específicos adaptados al cliente y haciendo seguimiento de los mismos se minimizaron los hurtos. Otro ejemplo que se me ocurre es el seguimiento a unas piezas de automoción que se fabrican en Alemania y que deben de llegar a España sin haber sufrido ningún golpe y sin haber superado cierta temperatura en el transporte. Pues bien, esto tan concreto, tan específico y de tanto valor para el cliente final lo pudimos diseñar e implementar con la tecnología adecuada para que cuando la pieza llega a su destino, o en el mismo proceso de envío, en tiempo real, poder saber en qué lugar y en qué momento se ha producido un incidente para evitar problemas mayores así como para exigir responsabilidades. En sus 44 años de historia de Trablisa se ha diferenciado especialmente por la rápida adaptación y respuesta a las necesidades de los clientes en cada momento.

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