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¿Teleestudias o teletrabajas?: cómo ligaremos en la sociedad del coronavirus
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¿Teleestudias o teletrabajas?: cómo ligaremos en la sociedad del coronavirus

lunes 11 de mayo de 2020, 06:00h

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Una antigua película de Alfredo Landa, en los tiempos del cine de destape, aseguraba que ‘dormir y ligar, todo es empezar’. Precisamente, si algún horizonte de futuro inminente ha introducido la epidemia del coronavirus en el ámbito de las relaciones sentimentales es que habrá que empezar de nuevo, situando el dado en una casilla distinta. Para muchos expertos, esta casilla es la tecnología digital, cuya principal ventaja es que elimina cualquier transmisión de virus y bacterias. El problema, claro está, es que también fulmina cualquier posibilidad de expresión física del amor, la pasión o el deseo. La cuestión reside, por tanto, en saber qué pesará más en la balanza: si la mayor preocupación por la seguridad que se ha instaurado a partir de la irrupción del Covid-19, o las ganas de practicar sexo sin intermediarios digitales.

Con más de 450 millones de usuarios y presente en un total de 190 países, Badoo es la aplicación especializada en citas personales más importante del mundo. La experiencia de esta plataforma en el ámbito de los contactos sociales es clave para determinar qué tipo de ‘nueva normalidad’ nos espera en el campo del conocimiento de nuevas personas con las que compartir uno, o muchos, encuentros sexuales, o bien iniciar el camino para la posterior formalización de una relación de pareja.

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En este sentido, los expertos de Badoo prevén que la aparición del Covid-19 y el escenario de confinamiento y restricciones que, aunque suavizado, seguirá estando presente en nuestras vidas estas próximas semanas, podría dar origen a una nueva era en el desarrollo de las citas, caracterizada por la búsqueda de vías alternativas a partir de las cuales se pueda mantener la comunicación, conocerse mejor y esforzarse por conseguir nuevas conexiones en un mundo progresivamente más virtual.

¿Y qué cabe entender por ‘vías alternativas’? Pues, por ejemplo, que dos personas que se están empezando a conocer compartan una cena, un almuerzo o un desayuno a través de una video llamada, o que jueguen al ‘scrabble’ o al ajedrez mediante una aplicación online.

Sin embargo, los profesionales de Badoo han observado muchos más cambios en el comportamiento de sus clientes. Pablo Delgado, director de Marketing de la firma para España y Latinoamérica, revela, en declaraciones a mallorcadiario.com, que entre los usuarios se están fraguando "conexiones más prolongadas y significativas, buscando formas diferentes de conocerse, incluso renunciando por el momento al cara a cara”. En su opinión, está surgiendo “una nueva era en la que no solo se encuentra el amor, sino en la que también se buscan amistades y apoyo”.

MÁS CAUTELA A LA HORA DE INTIMAR

El punto de vista del directivo de Badoo es que, en cuanto se levanten las limitaciones del estado de alarma, se producirá “un repunte, no sólo en este tipo de encuentros, sino también en cualquier tipo de cita social, debido al tiempo acumulado de falta de contacto físico entre personas”. Aún así, Delgado opina que, más allá de las imágenes de relativas aglomeraciones que han podido visualizarse en las primeras fases de la desescalada, “la gente está más concienciada que nunca” respecto a la necesidad de proteger su seguridad y adoptar todas las medidas pertinentes para protegerse de la acción del Covid-19 o del ataque de cualquier otro virus o infección.

Todo ello hace intuir a Delgado que “probablemente obremos con más cautela a la hora de intimar o cuando nos encontremos con amigos”, y esta prudencia también es aplicable, a su juicio, a las personas que se hayan conocido en un sistema de ‘dating apps’. De hecho, para el responsable del área de Marketing de Badoo en España y Latinoamérica, esta es, precisamente, la actitud adecuada, “y por este motivo pedimos a nuestros usuarios que actúen con responsabilidad”.

Esta es también la visión de la psicóloga y sexóloga, experta en terapia de pareja, Susana Ivorra, quien, a preguntas de mallorcadiario.com, admite que, en la sociedad post-Covid, “habrá hombres y mujeres más reacios a establecer contacto, pero otros y otras lo habrán echado en falta y, seguramente, no se mostrarán tan precavidas”. En su consulta de Palma, la experta está siendo testigo de casos de personas que “iniciaron una relación, casual o no, justo antes del confinamiento, o que se estaban conociendo en ese momento, y están deseando que el final de la desescalada les permita tener de nuevo una cita juntos”.

¿ESTAREMOS MÁS INHIBIDOS?

Ahora bien, aunque esa cita finalmente se produzca, ¿se impondrá una actitud de cierta inhibición, en las expresiones afectivas o eróticas, por el temor a un contagio?. Para Pablo Delgado, “cuando la intimidad está creada, es difícil controlar nuestros instintos y necesidades”. Sin embargo, vaticina que, si todavía no se ha llegado a este punto de interrelación, es muy posible que la gente opte “por el choque de codos antes que por lanzarse a los tradicionales dos besos, y probablemente, en una pareja, el primer abrazo o el primer beso se retrasarán un poco más de lo habitual”.

Aún así, revela que, durante el confinamiento, “hemos visto que se buscan relaciones más profundas que antes, con menos foco en la inmediatez y más proyección en la intimidad emocional para llegar a conocerse de una manera honesta y sincera. Creemos que es un cambio positivo que ojalá se mantenga en el tiempo”.

¿Y qué ocurrirá en la cama? ¿Determinadas posturas sexuales se descartarán por considerarse más inseguras o arriegadas ante una posible transmisión vírica? ¿La amenaza del coronavirus convertirá los encuentros íntimos en una especie de ‘trío’ indeseado en el que la sombra o el espectro de la pandemia estará siempre presente para que no perdamos ni un ápice de conciencia acerca de la fragilidad de la condición humana?

De hecho, Susana Ivorra comenta que “ya existen recomendaciones concretas de modalidades eróticas que podrían prevenir en mayor medida un posible contagio, pero dudo que esto pueda tener mucho recorrido”. Su conclusión es que el Covid-19 podría tener un desenlace similar al de las enfermedades de transmisión sexual: “Hace años, nadie las mencionaba cuando mantenía relaciones con otra persona, pero en la actualidad ya forman parte de la conversación. Es posible que, con el tiempo, al repertorio de las cuestiones que formulamos a alguien al que acabamos de conocer, incorporemos la pregunta de si ha pasado o no el coronavirus”.

¿DÓNDE Y CÓMO CONOCER GENTE?

Otra cuestión que es necesario plantearse es dónde ir para conocer gente. No hace demasiado tiempo, la respuesta a esta pregunta era obvia: discotecas, pubs, bares, fiestas, o incluso apuntarse a grupos de excursiones, de viajes, de macramé, o cualquier otro contexto que favoreciera entrar en contacto con posibles candidatos o candidatas a mantener relaciones íntimas, ya fuera de manera estable u ocasional.

Hoy en día, es diferente. Como apunta Susana Ivorra, “las aplicaciones, o incluso las redes sociales, han tomado inevitablemente la delantera por la imposibilidad de salir de fiesta. Y creo que puede haber ayudado a desmontar muchos mitos sobre estos procedimientos”. No obstante, su opinión es que ligar de esta manera, o hacerlo en una discoteca, “no son fórmulas excluyentes. Simplemente, se nos abren más posibilidades, sin anular las que ya existían antes, y esto es maravilloso. Luego ya dependerá de la personalidad de cada uno. Habrá quien se muestre más hábil o se sienta más cómodo en las distancias cortas, y quien prefiera las vías telemáticas”.

También para Pablo Delgado, el entorno virtual “ha llegado para quedarse. Nada va a suplir el cara a cara y el componente físico de las interacciones, pero es verdad que el gran incremento en video-citas que hemos experimentado en la plataforma parece apuntar a que, en la ‘nueva normalidad', este tipo de encuentros son precisamente eso: una nueva normalidad”.

Y esto conlleva sus ventajas, como apunta el responsable de Badoo: “Conocerse digitalmente permite dedicar más atención a la otra persona, y no tener que enfrentarse a las inseguridades o las barreras, como la falta de tiempo”. A su juicio, la experiencia del confinamiento “ha servido para afianzar aún más el concepto de que la realidad virtual no es menos verdadera que un contacto físico. Simplemente, es un poco diferente”.

MÁS TIEMPO JUNTOS EN CASA

La pandemia ha introducido también un gran número de cambios en materia de conciliación laboral y familiar. El teletrabajo se ha impuesto como una fórmula perfectamente válida para llevar adelante la agenda diaria, y los expertos auguran que irá consolidándose hasta sustituir, al menos en una parte, la jornada en oficinas u otras dependencias.

Si este vaticinio se cumple, un número importante de parejas contarán con más tiempo durante el día para convivir en el entorno doméstico. ¿Es positiva esta perspectiva, desde el punto de vista del estímulo sexual? Pablo Delgado opina que “al disponer de mayor tiempo juntos, y sin tanto estrés provocado por eternas jornadas laborales, se puede intimar con mayor regularidad y tranquilidad. También es verdad que pueden aparecer roces y tensiones, pero esto no necesariamente tiene por qué repercutir en la líbido y el deseo mutuo. Si así fuera, la comunicación es clave para solucionar este tipo de problemas”.

Por su parte, la psicóloga y sexóloga Susana Ivorra advierte de que “muchas pareja estables, sobre todo aquellas que tienen hijos, han vivido un descenso en el deseo sexual, ya sea por la imposibilidad o dificultad de disponer de espacios propios, o por el estrés y la ansiedad que ha deparado esta situación, sin olvidar el miedo al contagio, el aumento en la tensión que deriva en discusiones con la pareja, o la preocupación por los seres queridos”. Su previsión es que en algunas relaciones “se reactivará el deseo a medida que vayan recuperando facetas de su vida; otras, tal vez, necesitarán la ayuda de algún profesional de la sexología”.

CONFINAMIENTO EN SOLEDAD

Durante la etapa más dura del confinamiento, muchas parejas han tenido que separarse abruptamente, al residir en viviendas, o incluso puntos geográficos, diferentes; a otras personas, el Covid-19 les ha sorprendido solos, y, tal vez, en una época de sus vidas en que habían activado el proceso de búsqueda de una relacion, ya fuera para consolidar un vínculo duradero o para compartir esporádicos momentos placenteros a nivel erótico.

La realidad es que el aislamiento propiciado por las normas sobre limitación de movimientos ha puesto de manifiesto la utilidad de las aplicaciones cibernéticas como fórmula para profundizar en el conocimiento de otras personas. En el caso de Badoo, el bagaje de este atípico período es que se ha registrado un incremento, no solo de la cantidad de conversaciones online entre sus usuarios, sino también de la calidad, ya que, según la plataforma, las charlas se han caracterizado por prolongarse durante más tiempo y, además, ser más ricas y diversas en contenido.

Precisamente, el aumento en la frecuencia y la duración de las conexiones se ha producido en los países afectados por el coronavirus y expuestos a drásticas limitaciones de distanciamiento y de acceso a la vía pública y a los establecimientos de ocio y restauración.

Este ha sido el caso de España, donde Badoo ha constatado un incremento del 22 por ciento de los mensajes, que llega al 25 por ciento si nos ceñimos a la población femenina. Al mismo tiempo, la duración de las conversaciones también ha aumentado un 22 por ciento. Paralelamente, los usuarios de Badoo en España han recurrido en mayor medida a actualizar sus perfiles de usuario. El 7 por ciento de ellos lo actualizan a diario.

A nivel de citas sexuales y románticas, ¿se cumplirá el manido refrán de que tiempos pasados siempre fueron mejores? ¿Echaremos de menos la eterna pregunta del 'estudias o trabajas' como vía de entrada para establecer un primer contacto con alguien que nos interesa?

Para quienes prefieran ver el vaso medio vacío y para los adictos al 'vintage', tal vez sea así; sin embargo, para los pragmáticos, para aquellos y aquellas que optan por buscar siempre nuevos pliegues a la realidad, tal vez la solución a todas estas ecuaciones sea mucho más sencilla de lo que pueda parecer en un principio: bastaría con adaptar la fórmula antigua y, a partir de ahora, cuando conozcamos a alguien que nos resulta atractivo, preguntar, lisa y llanamente: '¿Teleestudias o teletrabajas?'.

Y, lógicamente, activar de inmediato la tecla correspondiente para que el sistema telemático traslade nuestro mensaje.

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