Diario de un confinado: Los vencejos
Por
Josep Maria Aguiló
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jmaguilomallorcadiariocom/8/8/23
miércoles 29 de abril de 2020, 03:00h
Desde que empecé a escribir columnas de opinión hace ya casi veinte años, he dedicado siempre al menos un artículo a los vencejos coincidiendo con su feliz regreso cada mes de abril. Mis lectores más antiguos me lo recuerdan siempre con cariño y yo se lo agradezco a ellos con ese mismo afecto personal. De seguir así, estoy casi seguro de que más pronto que tarde las más relevantes organizaciones o asociaciones ornitológicas de este país e incluso del extranjero me rendirán algún día algún gran homenaje.
Sin duda, escribir sobre los vencejos es uno de mis temas más recurrentes y queridos, junto con otros igualmente amados, como mis admiraciones literarias, cinematográficas, musicales, filosóficas o políticas, mis recuerdos personales, el universo de los sentimientos, las reflexiones sobre nuestras vidas, mi pasión por el Real Mallorca o —perdonen la frivolidad— mi fascinación por las mujeres fatales, los pies femeninos y los tacones de aguja.
Precisamente, estos días empezaba a estar ya un poco preocupado, no por las mujeres fatales y los tacones de aguja —que también—, sino por los vencejos, pues veía que se iba acabando este nuevo mes de abril y aún no los había escuchado sobrevolando nuestros cielos. Pero el pasado domingo, por fin, los oí, y pude certificar, aliviado, que habían regresado una vez más a nuestra querida ciudad. Sí, los vencejos han vuelto a Palma y ya su sola presencia y su canto son como una especie de indicio de que poco a poco las cosas volverán a ir bien. Así fue siempre en el pasado y seguro que será también así ahora y en el futuro.
Desde niños, sabemos que los vencejos llegan siempre cuando el curso escolar está a punto de concluir, cuando está empezando ya el buen tiempo y aún no hace mucha calor, cuando en nuestras vidas y en nuestras ciudades aparecen normalmente promesas o imágenes que anuncian algo mejor para casi todos. Sí, los vencejos han vuelto, y ya sólo por eso el mundo nos parece estos días un lugar algo menos triste y angustiado, un lugar mucho más libre y acogedor.
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Últimos comentarios de los lectores (1)
196799 | Martin Quixada - 30/04/2020 @ 20:09:12 (GMT+1)
Yo también soy un idólatra de los vencejos he cuidado un montón de vencejos caídos y cada año cuando vivía en Murcia en primavera a final de marzo que siempre llegan en esa fecha escribía mi artículo sobre la llegada de los vencejos en vegamediapress. com, asi que al menos somos dos en el club.