"No es cierto eso de que el pez grande se come al pequeño: en realidad, se come al lento". Son palabras de Manuel Granero, CEO de Cut&CGo, la empresa mallorquina de diseño y producción robótica que, después de alumbrar en tiempo record las pantallas de producción facial made in Palma, desarrolla ahora la 'Covid Protect', una cabina capaz de tomar la temperatura corporal de la persona que se introduce en ella además de desinfectarle mediante ozono nebulizado. La idea es colocarla a la entrada del destino -aeropuertos, puertos- o establecimientos privados para controlar la seguridad biológica de las personas y preservar la sanitaria en la comunidad.
En tiempos de coronavirus, la palabra mágica es seguridad. Seguridad sanitaria para regresar, también, a la seguridad económica. Distintas voces autorizadas del sector turístico, el más damnificado por la crisis del Covid-19, reclaman medidas urgentes como el pasaporte sanitario y tests masivos a la población.
Manuel Granero, CEO de Cut&Go, es una de esas figuras empresariales que pone el acento en la seguridad sanitaria. "Vivimos tiempos de inmensa incertidumbre, nadie sabe lo que va a ocurrir, pero hay que trabajar para dar certezas a las personas y a la economía", indica a mallorcadiario.com.
Por ello, su empresa -de producción y talento cien por cien mallorquín- ha alumbrado una cabina capaz de medir la temperatura corporal de quien se adentre en ella para activar, su así fuese necesario, los protocolos de probable Covid-19, además de desinfectar y desbacterizar a la persona y los objetos que transporte. Un invento clave en la carrera por posicionar a Baleares como destino sanitario seguro. "Aeropuertos, puertos, discotecas, hoteles, restaurantes, supermercados... Cualquier instalación pública o privada podría disponer de esta herramienta para cerciorarse de las condiciones de las personas que entran.
La cabina -fabricada con krion K-LIFE, material habitual en los quirófanos- lleva a cabo la desinfección mediante la nebulización de agua ozonizada que al entrar en contacto con las prendas y la piel, destruye las bacterias y virus. "Es rápido y eficaz, además de barato y respetuoso con el medioambiente ya que no emplea químicos sino ozono generado por la propia máquina", explica Granero. Así, cuando el ozono se descompone, da paso a oxígeno. Ni lejía ni detergentes.
Además, un segundo modelo -más avanzado y también más caro- dispone de control de temperatura corporal mediante cámara de imagen térmica con sistema de alarma por si se detectan parámetros anormales. "No entramos en datos biométricos, no va de controlar datos personales: sólo detección de posibles problemas". Asimismo, incorpora una estación de desinfección de mascarillas y dispensadores de gel hidroalcoholico.
Todo, con unas líneas y diseño "muy Apple" que ayudan a reforzar la idea de 'destino atractivo'. "Podríamos hacer algo más rudimentario y primaro pero la idea es gustar, también en las formas".
"Lo cierto es que están teniendo gran aceptación en el mercado", informa Granero. En estos momentos, la empresa se encuentra en plena fabricación de las primeras unidades destinadas a negocios de República Dominicana.
CREADORES DE LAS PANTALLAS FACIALES QUE USAN SANITARIOS Y TRABAJADORES DE SUPERMERCADOS...
Su empresa, como todas las del sector tecnológico con fuerte vinculación al turismo, sufrió la caída en picado de actividad durante las primeras jornadas. Sin embargo, lejos de quedarse en shock, Manuel y su equipo se reinventaron en cuestión de días y se lanzaron a por un producto de primera necesidad: las pantallas de protección facial.
Equipos de protección individual a partir de material homologado, reciclado y reciclable (PET), desmontable, ensamblable y de fácil limpieza que, después de convencer a empresas como Eroski para dotar de seguridad a sus empleados, encara ahora una fase de producción para niños. "Ellos también lo requerirán, es cuestión de tiempo", asegura Granero.
Ganadores del Premio Emprendedores 2018 de CAEB y 'Pyme del año' de la Cambra de Comerç, entre otros, esta fábrica de talento 'de kilómetro cero' lamenta que las autoridades de Baleares no hayan contado con ellos para la distribución de estos materiales. "Piden a la ciudadanía que apuesten por el consumo local pero a la hora de hacerse con pantallas han recurrido a China".