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Soluciones a la crisis para bares y restaurantes

martes 21 de abril de 2020, 00:00h

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Flexibilización de los ERTE, promoción de Mallorca como destino seguro desde el punto de vista sanitario, y políticas impositivas que se ajusten a la realidad del sector. Estás son las principales demandas del sector de la restauración para no llevar a la quiebra a la inmensa mayoría de bares y restaurantes de Mallorca. El sector, además, reclama a la administración que sea receptiva y arbitre planes para que los negocios puedan volver a abrir antes de final de año, de forma progresiva y según zonas, ya que no todos los municipios -ni todos los barrios- tienen índices de afectación del coronavirus homogéneos, ni atienden el mismo tipo de clientes. No son lo mismo, establecimientos enfocados a turistas -con un público eventual y poco repetitivo-, que los bares de barrio con una clientela generalmente fija.

Las peticiones han sido puestas sobre la mesa del Govern y del Consell por quienes encabezan la patronal del sector, Alfonso Robledo y Juan Miguel Ferrer, presidente y vicepresidente de Restauración CAEB, respectivamente. El estado de alarma, el confinamiento domiciliario y el cierre del comercio no alimentario han llevado al gremio de la restauración a una situación extrema, que se ha venido a sumar a las múltiples carencias y limitaciones que venía denunciando antes del estallido de la actual crisis sanitaria y que, ya entonces, lastraban su rentabilidad.

En este contexto, el sector reclama flexibilidad de las administraciones a la hora de permitir las aperturas de aquellos establecimientos que consideren que pueden abrir a partir del momento que concluya el estado de alarma y se vayan levantando restricciones al movimiento de las personas.

El sector se enfrenta, además, a un futuro impreciso del que cabe esperar la modificación a la baja de los aforos de los locales, o el cambio de normas de acceso para poder respetar las distancias de seguridad o regularizar el uso de elementos de protección. Para hacer frente a todas estas dificultades resulta imprescindible el apoyo de las administraciones, una sensibilidad que no se muestra por igual. Así, según señalan los afectados, instituciones como el Govern, el Consell o ayuntamientos como los de Calviá Llucmajor, Calvià, Andratx e Inca demuestran un alto grado de compromiso con el sector que se advierte en cuestiones concretas como la regulación laboral, la necesidad de realizar campañas de promoción o la congelación -cuando no eliminación directa- de impuestos y tasas. En el lado opuesto, el Ayuntamiento de Palma, del que aún esperan un apoyo decidido y firme que aligere sus problemas.

Los representantes del sector consideran que si los estamentos políticos aceptan sus planteamientos, el 90 por ciento de los bares y restaurantes de Mallorca podrán superar esta crisis. Prestar atención a quienes llevan años dedicados a la profesión no es mal consejo, por lo que sus demandas deberían ser atendidas si lo que se pretende es mantener una actividad que da trabajo a miles de personas en Mallorca.