Administraciones, empresas y agentes sociales están planteando, especialmente en comunidades como la balear, la necesidad de promover la llegada de turismo nacional como alternativa a la pérdida de turistas extranjeros que se prevé esta temporada. La recuperación de la conectividad aérea y la salida de la crisis de países emisores como Alemania y Reino Unido será básico para que pueda iniciarse una recuperación. Aún así, con la Semana Santa ya superada y la temporada alta en puertas, la llegada anual de los 15 millones de turistas extranjeros que visitan Baleares se advierte hoy como un objetivo ya descartado.
Contrarrestar esa caída de turistas extranjeros con turismo nacional puede compensar parte del problema. Ya hay iniciativas en este sentido como la del Consell de Mallorca -institución que tiene las competencias de promoción turística- para orquestar programas y campañas que incentiven la llegada de visitantes provenientes de otras comunidades autónomas. Instituciones nacionales, públicas y privadas, apuntan en la misma dirección con el lema tan explícito como sencillo de #quedateenEspaña.
Si quedarse en casa es el mejor antídoto para combatir los efectos sanitarios de la crisis del coronavirus, quedarse en España podría ser el equivalente en el terreno económico para salvar la principal industria del país. En todo caso, Baleares necesita de un tratamiento diferenciado por su condición insular.
En el momento en que acabe el confinamiento y se abran los canales de transporte, las opciones de aquellos que quieran -y puedan- viajar dentro de España serán muy diferentes. En la Península, las opciones de desplazamiento son múltiples y más accesibles, con traslados que se pueden realizar en coche, tren o autobús mediante infraestructuras que no existen en las Islas.
Para conectarse, Baleares sólo tiene la opción de utilizar el barco o el avión, unas alternativas que -en el contexto inminente- pueden resultar un verdadero lujo para muchas familias que tendrán en Andalucía o Levante opciones más asequibles. Por ello es necesario, no sólo hacer campañas para atraer turismo nacional, sino facilitar que ese turismo pueda plantearse la opción de viajar a Baleares, al menos, en igualdad de condiciones que al resto de comunidades. Eliminar tasas aeroportuarias y costes añadidos es una decisión necesaria por la que deben luchar las administraciones baleares si la alternativa del turismo nacional se quiere plantear como una opción real. Sin eso, invertir recursos en campañas de promoción -por muy necesarias que sean- puede resultar un brindis al sol.