Baleares recibió este lunes un nuevo cargamento con 17 toneladas de material sanitario, fundamentalmente mascarillas, gafas protectoras, batas y tets de diagnóstico. Este cargamento se suma a las 7 toneladas de un primer transporte que llegó a Son Sant Joan el domingo con idéntico material destinado a combatir la pandemia de coronavirus. En ambos casos, se trata de compras realizadas por el Govern balear a través de su servicio de salud. Y es que a pesar de la acción centralizada del Ministerio de Sanidad, el Govern -como el resto de comunidades autónomas- ha tenido que establecer una estrategia propia para dotarse de material suficiente.
Las Islas sufren un índice de contagios que, hasta el momento, no está saturando los hospitales ni las unidades de cuidados intensivos. Aún así, las carencias de los sanitarios sí se han hecho notar y los responsables políticos baleares deben contar con toda la previsión posible, con independencia de lo que pueda aportar Madrid. Y depender únicamente de los envíos del gobierno central no podía ser opción, como de alguna forma reprochó la propia Armengol este domingo cuando recordó que desde la administración central apenas han llegado 110.000 mascarillas; una cantidad que cubre las necesidades sanitarias tan solo de una semana.
El fiasco de los test rápidos de diagnóstico -que obligó al departamento de compras del Ministerio de Sanidad a devolver 60.000 pruebas a China por no ser fiables ni contar con la validación de las autoridades de aquel país- no ayuda a aportar confianza y proyecta sombras sobre la gestión del Gobierno de Sánchez en esta crisis. No debe resultar fácil, ciertamente, gestionar una situación como la actual, de la misma manera que hay que entender que las comunidades busquen alternativas a los recursos que debería aportar Madrid.
La actual crisis -también en su vertiente económica- está despertando dudas acerca de la idoneidad de algunas medidas adoptadas. Las críticas de las patronales son sonoras afirmando que producirán un gran deterioro al tejido productivo y al empleo. Pero, incluso en el entorno político del propio Pacte, se afirma que ha habido mucha improvisación, especialmente, en las decisiones de los últimos días. El coordinador de Més, Antoni Noguera, utilizaba este lunes esa misma expresión, mientras que la presidenta Armengol reclamaba alternativas para las empresas que ya han tenido que cerrar sus puertas por decisión del Gobierno central.
Baleares debe mantener ese tono alto en su reivindicación ante Madrid. La crisis sanitaria pasará y será momento para demandar algo más de lo que ya está en cola -REB, financiación autonómica, condonación de deuda...- porque las Islas pueden ser de las zonas más afectadas económicamente por la pandemia. Actuar sólo con recursos propios -como ahora comprando material sanitario- no será entonces solución.