Creo que es la primera vez desde que escribo en este periódico que no sé por dónde empezar; hay tantos temas que me gustaría tratar que resulta imposible sin aburrirles.
Hace año y casi medio hice uno de los viajes que siempre recordaré y que más me han impactado, visité los campos de exterminio de Auschwitz y Birkenau. Si existe el infierno debe ser muy parecido a esos campos que considero de visita obligada; ayer se conmemoró el 75 aniversario de la liberación de los mismos por las tropas rusas, no menos asesinas, de Stalin. Pido a Dios, al de los cristianos, de los judíos y de los árabes que nada, ni siquiera parecido, vuelva a ocurrir.
De eso hace 75 años y desde hace muchos menos el Consell de Mallorca, como les contaba hace una semana, haciendo una dejación aberrante de funciones, consiente en que las menores a su cargo se prostituyan. Nadie dimite, nadie asume responsabilidad. No sé cómo el responsable del IMAS, o la Honorable Fina Santiago cuando se miran al espejo no se horroriza de lo que ven. Ellos son los responsables de esa maldad, no hay otros.
La mejor prueba de que la señora Armengol no es la presidente del Govern, sino de medio, es que no cesa a dicha Consellera pues se quedaría sin juguete; es prisionera de un pacto que soporta lo insoportable, que las menores a cargo de la Administración se prostituyan. Para eso no necesitan ni necesitamos a los políticos. Fina Santiago ya fue responsable de la muerte de un menor en es Pinaret y ahí sigue cobrando un cuantioso sueldo como si fuese una gran gestora. En la privada ya estaría fuera.
De todos modos mi ídolo, es el ministro Ábalos, una mezcla de cachondo, chulo de taberna barata y mentiroso en toda regla; el episodio de Barajas à donde fue a pasear a las doce de la noche quedará para los anales de este mediocre gobierno. Todo es improvisación y todo es mentira, puro juego de ilusionismo, mejor dicho de trile.
En fin, he sido atacado por la gripe y no me atrevo a ir al médico pues igual me muerde una rata; espero que la Inspección de Trabajo cierre ese estercolero en que se ha convertido el PAC de Pere Garau. Los profesionales y los pacientes que lo visitan pagan sus impuestos y tienen derecho a trabajar en un lugar digno y limpio, cosa harto difícil en la ciudad presidida por el señor Hila. Me retiro a mis cuarteles de invierno a tomar un caldito. Que pasen un buen día.