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Cuando el cerebro se queda a oscuras

jueves 24 de octubre de 2019, 05:00h

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He revisado los artículos que he escrito en el mallorcadiario.com sobre la depresión y con mucho ha sido la temática que más he abordado, unos10 artículos, que según la opinión de mis lectores y mis pacientes siempre han sido muy bien acogidos. Vaya por delante mi agradecimiento al digital más visto en las baleares por permitirme hacer pedagogía sobre esta dramática experiencia emocional, de la necesidad de des-estigmatizarla y de que no hay que pedir perdón por padecerla sino que lo hay que hacer es pedir ayuda. Hoy el 80 % de las depresiones con el tratamiento adecuado ( psicofarmacoterapia y psicoterapia especifica ) las podemos controlar. Vayamos con las ideas claves: Ya saben que todos estamos predepresivos y que no existe una personalidad depresiva. Así como que deben de mentalizarse porque la experiencia depresiva la podemos tener todos y todas. También todos ustedes saben que las depresiones suelen tener un influencia estacional (con reagudizaciones en otoño y primavera), pero hoy toca hablar de la depresión invernal. Es decir cuando la penumbra y las sombras apagan el cerebro. Así como existen los fijos discontinuos en el mercado laboral invernal de nuestra Comunidad hay un tipo de depresión, que afecta sobre todo a las mujeres, que empieza en noviembre, empeora con los duelos y el síndrome navideño, y remite en primavera .Este cuadro depresivo se llama trastorno afectivo estacional. Está relacionado con la desincronizaciòn de los ritmos circadianos (menos luz más oscuridad) y con un sustancia que se llama melatonina .Los relojes o animostatos internos cerebrales se disregulan. Duermen más de lo habitual, se sienten fatigadas y cansadas, con poca energía, peor por las tardes, se sienten fácilmente rechazadas, tienden a comer vorazmente sobre todo hidratos de carbono y son muy sensibles o reactivas al cambio de ambiente . El cerebro se defiende como gato panza arriba para evitar la depresión. Si se deprime es porque no puede evitarlo. Uno quiere pero no puede, es muy importante aceptar la depresión. Uno no es culpable de deprimirse, aunque es corresponsable con ayuda especializada de comprometerse a colaborar con el tratamiento indicado. No debemos mutilar nuestra autoestima (ya muy lastimada por la propia depresión), por que estemos deprimidos. No debemos autoexigirnos lo que no podemos. No debemos apelar a la voluntad para intentar controlar nuestra depresión. La familia que sufre con su pariente deprimido precisa dosis alta de paciencia y compresión para adaptarse adecuadamente. No lo deben de presionar, culpabilizar o pedirle lo que no puede hacer. Aprovecho para recordar a las familias de los que padecen una depresión que tienen que abstenerse del famoso “pon de tu voluntad”, que solo consigue culpabilizar y hundir en la miseria psicológica de la incomprensión a los pacientes. Hoy hay que resaltar que hay un auge de pacientes que suelen realizar surfs internetarios en búsqueda de información así como de enfermos que experimentan grandes flechazos por los tratamientos (que no terapias) alternativos. Hay tratamientos alternativos para casi todas las enfermedades y entre ellas como no, no podía faltar la depresión. En una encuesta realizada en Alemania sobre remedios que “curaban la depresión” los resultados fueron muy sorprendentes ya que casi un 20% de ciudadanos, respondía que con hipérico, un 15% con azafrán, cúrcuma y omega 3 y otros con homeopatía, reflexoterapia, masajes, yoga, relajación, etc. Ahora bien la depresión no se cura con homeopatía, cúrcuma, azafrán ni con omega 3. Estas depresiones suelen responder muy bien a los antidepresivos y a la fototerapia, por lo que se recomienda caminar una hora diaria, con sol y sin gafas protectoras. Los antidepresivos funcionan si se toman, nunca acostumbran y tardan dos semanas en hacer efecto. Pero tienen sus limitaciones, el 20 % de las depresiones, en la actualidad son crónicas. Y otra mala noticia es que muchos pacientes recaen, a más recaídas más recurrencias. Podemos tratar el episodio depresivo pero no podemos tratar la vulnerabilidad genético biológica depresiva, de ahí que muchos pacientes precisen tratamiento indefinido preventivo.

Y ya saben cómo decía Frida Khalo “donde no puedas amar no te demores”.

Y recuerden que estamos en derrota transitoria pero nunca en doma.

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