Si se quiere ser objetivo, los resultados de las políticas sociales y económicas tienen que analizarse con perspectiva. Con perspectiva y con distancia. Con distancia y con independencia. Con independencia y con conocimiento. Con conocimiento y con rigor. Todo lo contrario de lo que estamos acostumbrados a ver.
En esta línea, la realidad muestra que la izquierda considera que las políticas sociales pertenecen a su patrimonio exclusivo. No sólo es eso; los profesionales que se encargan de su evaluación, en no pocas ocasiones, han sido colocados en administraciones de izquierdas por afines. De hecho, ser de izquierdas es muy rentable para las expectativas personales y la red que los aglutina está muy profesionalizada y orientada en mantener el estatus del grupo. En este mismo sentido, los canalizan a través de comunicadores y medios con una alta carga “progresista”.
Por otro lado, el centro derecha no dedica medios ni esfuerzos a evaluar, canalizar y comunicar información de este ámbito, No se preocupa, salvo excepciones, que los resultados que se hacen públicos y que monopolizan determinadas redacciones tengan un sesgo tan evidente. Si les preocupan los disimulan con exquisita profesionalidad.
En este contexto, los sesgos y los conflictos de intereses son tantos y tan potentes que las únicas informaciones que circulan tienen una única orientación.
Por citar un ejemplo, resultaba simplemente escandaloso observar como en las recientes elecciones autonómicas, el director científico de una determinada organización sanitaria dedicada a la investigación, en la practica totalidad de los actos científicos pedía el voto para el gobierno en funciones. Si para el mismo partido que le había colocado a dedo. A lo queda de oposición le debe parecer bien o simplemente no le importa.
En este sentido, resulta extraño, que cuando se analizan los datos de la OCDE sobre desigualdad, resulta que la reducción de la desigualdad conseguida a través de impuestos y medidas de gasto por el gobierno de Rajoy
fue un 20% mayor que la del gobierno de Zapatero. Los datos no corroboran uno de los mantras más importantes que acompañan al peor presidente del gobierno que hemos tenido los españoles y mentor del actual interino de la Moncloa. Las apariencias engañan, vaya si engañan. Buen finde.