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Aumentan las agresiones a sanitarios

sábado 13 de julio de 2019, 00:00h

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Las agresiones a personal sanitario en Baleares se han recrudecido últimamente hasta el punto haberse registrado, este semana, cuatro partes de agresiones en menos de 48 horas. La conflictividad de algunas zonas turísticas -donde hay que atender a personas afectadas por el alcohol y las drogas- engrosa el número de episodios de este tipo, pero no son la mayoría, a juzgar de las estadísticas denunciadas por los sindicatos.

Según los datos de 2018, Baleares registra una agresión a personal sanitario por cada 10.000 habitantes, una ratio que triplica el índice nacional. El dato es especialmente preocupante, si tenemos en cuenta, además, que muchas las agresiones no llegan a ser denunciadas, por lo que no quedan contabilizadas en ningún registro.

El problema alcanza a todo el escalafón de profesionales sanitarios, desde médicos a técnicos, enfermeras y personal de ambulancias. También el tipo de agresiones es amplio: desde los ataques físicos a los insultos y amenazas. Y las agresiones provienen tanto de los propios pacientes atendidos -en hospitales o en el exterior- como de sus famiilares. El último episodio se produjo este viernes cuando un joven drogado intentó agredir a los técnicos del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU) 061 que le atendían en Magaluf.

Es necesario atajar el problema con mayores medios que los actuales. Desde el año 2006 existe un plan de prevención de agresiones que -en vista de las cifras- no está funcionando y sobre el que los propios sanitarios denuncian que muchas de sus medidas no se han implementado; a veces, por parte de los propios profesionales. De hecho, las agresiones físicas suelen ser denunciadas ante la policía, pero las verbales o las amenazas no suelen tener mucho más recorrido, aunque sus efectos acaben provocando en los profesionales episodios de ansiedad y estrés igualmente incapacitantes.

Los sindicatos llaman a desarrollar una campaña para concienciar a pacientes y familiares sobre la importancia de no agredir ni increpar a aquellos que están velando por su salud. También sería bueno que todas las agresiones fueran denunciadas ante la Policía y que las autoridades sanitarias participasen de forma más activa en la prevención y la denuncia de estos actos.