La investigación surgió a raíz de la detención de dos hombres, mal aparcados en las inmediaciones de Mercapalma, con un camión robado. Uno de ellos es un viejo conocido de la Policía por su extenso curriculum delictivo.
Tirando del hilo, los agentes detectaron un grupo muy activo en la comisión de pequeños delitos. Tras varias gestiones y con amparo judicial, los agentes entraron en el local en el que los ahora detenidos, vivían y guardaban todo el material robado: más de 200 bolsos, carteras, gafas, radiocassettes, ordenadores, televisores, herramientas de todas clases, relojes, maquinaria, abundantes documentos de identidad de turistas, residentes de la zona y trabajadores/repartidores.
Los investigadores están convencidos que todos esos efectos proceden de robos y hurtos en vehículos, de hurtos a turistas, de sustracciones en comercios y que lo hallado son los restos de los delitos, los efectos que peor salida tenían en el “mercado negro”. Otros efectos han sido localizados en los canales habituales. Algunos de los efectos ahora recuperados fueron sustraídos hace ya dos años -lo que demuestra la persistencia en su delictiva actividad-, de otros están siendo localizados sus propietarios y víctimas a través de la colaboración internacional.
Los hermanos y la compañera sentimental de uno de ellos cuentan con más de 60 detenciones y en el momento de su detención tenían dos de ellos orden de detención por diferentes juzgados de Palma.