Es inadmisible que en pleno siglo XXI Menorca se haya quedado sin energía durante casi 4 días, afectando a unos 80.000 ciudadanos, esto es, la mayoría de la población menorquina, y el 65% del tejido empresarial, lo que suponen pérdidas millonarias para la, ya de por sí, maltrecha economía insular.
Ello es consecuencia de una falta absoluta de previsión y una nefasta respuesta a la grave emergencia. Si el cable que une Menorca con Mallorca, que lleva dos años averiado, hubiera estado en funcionamiento las consecuencias no hubieran sido tan graves. ¿Qué han hecho el actual gobierno balear y el anterior del PP para que el cable estuviera en perfectas condiciones? ¿por qué cerraron la central de Ciudadela sin previsión alguna? Mientras, gobernantes de un color u otro, siguen con sus falsas frases hechas, eslóganes de lo políticamente correcto: Que si “transiciones energéticas”, que si “estamos apostando por las energías renovables”, que si “cambio climático” … Palabras revestidas de buenismo medioambiental, cuando la realidad es que Baleares y, concretamente, Menorca, tiene unas necesidades energéticas que nuestros políticos son incapaces de solucionar. Al contrario, generan más problemas fruto de su irresponsabilidad. Reciente ejemplo de ello es el anuncio del cierre de la mitad de la central eléctrica de Es Murterar en Alcudia (Mallorca), que también abastece a Menorca, mientras se evidencia el aislamiento energético que sufre esta isla.
Por otra parte, hay muchos habitantes de Menorca y empresarios que llevan años solicitando utilizar terrenos baldíos para instalaciones fotovoltaicas, así como un mayor desarrollo de la energía eólica, en una isla en la que predomina el viento, obteniendo el no como respuesta en base a absurdos y retrógrados criterios medioambientales.
Una vez más, ni ha existido previsión ni ha funcionado el protocolo de emergencias. Por ello debería dimitir la consejera de administraciones públicas, Catalina Cladera, el director general de emergencias, Pere Perelló, y el consejero de territorio, energía y movilidad, el menorquín Marc Pons, por sus responsabilidades ante el apagón energético.
Ante el perfil bajo de los partidos de la oposición, los ciudadanos también debemos exigir explicaciones a la presidenta del Consell de Menorca, la socialista Susana Mora ante su ineficacia en la gestión de la crisis, así como a la vicepresidenta primera del Consell, la separatista de MES per Menorca, Maite Salord, por reírse de los menorquines a través de su cuenta de twitter, donde, ante la grave situación y falta de seguridad que sufrían los menorquines por el apagón, se quejaba de no poder escuchar "Cataluña Radio" y no poder tomarse su "café imprescindible". Estos son los mismos que rechazan a la UME que después tiene que venir a arreglar su inoperancia.