La historia reciente de Mallorca no recuerda una tragedia provocada por causas naturales que resulte tan devastadora y mortal como la vivida en la zona del Llevant este martes. Las historias personales que se van conociendo ponen nombre y apellidos al drama sufrido en la zona; desde el exalcalde Gili, a la madre que no pudo salvar a uno de sus dos hijos antes de morir ella misma, pasando por ciudadanos arrastrados por la riada dentro de sus coches, vecinos encaramados a un árbol toda la noche o víctimas ahogadas en su propia casa. La tragedia ha puesto el foco en las historias particulares de cada una de las víctimas y ha despertado un sentimiento de solidaridad que ha ido mucho más allá de los límites de la comunidad.
La respuesta ante la tragedia ha permitido poner sobre el terreno más de medio millar de profesionales especializados, desde los 120 efectivos de la UME trasladados desde Valencia con sus correspondientes equipos, hasta guardias civiles, personal de Ibanat, policías, bomberos, protección civil, 061 o Cruz Roja, entre otros. El trabajo de todos ellos ha permitido acoger a las víctimas y recuperar una cierta normalidad en los suministros y en los accesos. El colegio de psicólogos ha dispuesto personal para atender a los afectados y los militares pertenecientes a la Comandancia de Baleares colaborarán durante días en la limpieza de calles y casas. Los voluntarios particulares ha tenido que ser frenados en sus ansias de colaboración, dado el ofrecimiento masivo de personas que querían trasladarse a Sant Llorenç para prestar auxilio.
El sentimiento general es de ayuda y las propias administraciones se han apresurado a dejar claro que el área será declarada como zona catastrófica este mismo jueves, habilitando ayudas económicas e indemnizaciones para todos aquellos que hayan resultado perjudicados por las inundaciones.
Es de aplaudir esta respuesta de la sociedad y de las instituciones de la misma manera que es deseable que este espíritu perdure. Con el drama en plena magnitud ya se escucharon opiniones acerca de las causas que contribuyeron a la tragedia. Si unos hablaban de construcciones realizadas en el lecho de los torrentes, otros criticaban el descuidado estado de los espacios naturales. No es descartable que en los próximos días se politice este asunto, aunque los esfuerzos deberían enfocarse a atender lo mejor posible a las víctimas y, en la medida de lo posible, destinar recursos para prevenir otros episodios de esta magnitud.