No, esta semana no voy a hablar de Aligi Molina. Ya lo hice la semana pasada, me puse en plan oráculo de Delfos y le ha caído la del pulpo. Darle más caña —y no duden de que la merece— es saña. Así que le voy a dar un respiro...
De los que no puedo dejar de hablar es de los chicuelines de Arran. Me fascinan, son dignos de un estudio antropológico. Quién sabe si, ahora que los científicos aseguran haber encontrado un híbrido de neardentales y denisovanos, nos encontramos ante el eslabón perdido... Si yo fuera el conseller Vicenç Vidal, por aquello de estudiar y proteger las razas autóctonas, encargaría que capturaran a un espécimen de Arran para conseguir un frotis del interior de la boca y enviarlo a analizar al Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig. Lo de mandarlo a Alemania es porque ellos entienden de genética, aunque justo es reconocer que el conocimiento se les fue de las manos hace ochenta años. Una vez superada tan delicada cuestión, creo que los genetistas alemanes deberían estudiar el caso. Mejor ellos que enviar las muestras a la UIB, no vaya a ser que confundan los portaobjetos en el laboratorio y acaben inventando un medicamento milagroso que nos vuelva a todos indepes.
Ahora que pienso... Cuando Herr Torra dijo que los españoles teníamos un bache en el ADN a lo mejor lo que quería decir es que él, los arranitas, cuperos y similares son diferentes porque sus abuelos eran neardentales y denisovanos. Pinta primitiva tienen, no me lo van a negar... No, no puede ser, los neardentales me caen bien, ellos no harían bifaces con forma de lazo ni cochinadas de esas.
Ser de Arran es duro... Ya se les rebotan hasta las viejas. Resulta que una señora de Palma —no sé por qué la presumo de cierta edad, aunque puedo equivocarme— estaba hasta el clítoris de los muchachos que rondan el Casal Voltor Negre y les ha tirado una maceta desde un sexto piso. Los de Arran dicen que se la ha tirado por catalufos. A la paisana le ha dado por jugar al baloncesto. Por fortuna no ha acertado el triple, pues de lo contrario estaríamos hablando de muertos. A ver, a mí tampoco me caen bien, pero no es cuestión de abrirle la cabeza a nadie. Me lo puedo tomar a chascarrillo porque no ha habido consecuencias fatales, si bien la verdad es que no se trata de una cuestión menor. Imagino que cambiarán sus pancartas. Aquello de Tourism kills the city será relevado por Cossiols kills young people. Vamos, que las macetas matan, vaya si matan.
A este paso uno ya no va a poder salir a la calle ni caminar tranquilo, siempre mirando pa'rriba por si te cae un inglés de un balcón o una maceta de una señora empreñada. Qué manía con tirar cosas. He leído que hasta los fabiolers de Montuïri andan por ahí tirando limonada —será porque es amarilla— en la cabeza de los jovenzuelos llonguets que asoman la testa por el pueblo.
La libertad de expresión se está poniendo muy malamente. Miren si no el vídeo que rula por redes sociales del escrache que le han montado a Artur Mas en aguas de Menorca. El bueno de Mas tiene casa y veranea en Menorca desde hace años, porque Menorca es un sitio tranquilo. Me confieso un enamorado de la isla hermana. A Mas lo han visto en yate, ahí, tan ricamente, con su bañador y su tres por ciento y le han montado un improvisado escrache. Los de los otros barquitos se han liado a gritarle «Viva España», «fuera, fuera» y «ladrón», vamos lo que suele berrearse cuando ves un partido de la selección y te ciscas en el árbitro, en los linieres y en el puto VAR. Se oye a un tipo poner la nota original: «¿a quién has robado el barco, cabrón?». Demasiado estrés para Menorca. Pero si te cagas en los borbones y en los españoles, te arriesgas a que alguien se cague en ti, y con tanta cagada todo acaba siendo una monumental mierda.
Pero para vídeo potente, el de Valerie TV. La tal Valerie es una chiquita rusa de veinticinco años que vive en Francia y está muy bien enseñada. Es un poco una hija de Putin y otro tanto hija de la Gran Francia. Es pelirroja y un poco guarrilla, como la psicóloga de Aquí no hay quien viva. Se ha marcado una masturbación callejera por el Parc de la Mar, s'Hort del Rei y calles cercanas y lo ha grabado en vídeo. Ojo, lo vende a 39 euros. Eso el director's cut, porque aquí, que somos pajilleros low-cost, nos pasamos el trailer de 19 segundos por el guasap. Todo para ver como se levanta la faldita y se alimenta por abajo con una pilila de goma mientras gime, pone caretos raros como de ida o se encarama a una piedra del Parc de la Mar en plan «lechuza desde su atalaya» para acabar lanzando lo que ella vende como una pomposa eyaculación femenina y a mí me parece un humilde chorrito de pipí. Esto último no lo puedo asegurar porque no soy ginecólogo. Como es verano y el periodismo está muy flojo, no tuve mejor ocurrencia que entrevistarla para mallorcadiario.com. Miren, la chica se gana la vida como puede y tampoco ha hecho daño a nadie. A mí me parece tan respetable como cualquier otra persona. Propongo que la contraten como imagen publicitaria para Fitur, la ITB de Berlin o la World Travel Market. «Cum and enjoy Mallorca», podría ser el eslogan elegido. Si es que somos unos salidorros... De esta no se ha quejado el barbas de Ciutat per qui l'habita... Se ve que le ha gustado.
Lo ven, ya acabo y no he hablado de Aligi Molina. Me gustaría, sí, pero esa es —y será— otra historia...