Buah... Me siento como un forense al que le entregan un cadáver que ha pasado por las manos de Patrick Bateman y no sabe por dónde empezar la autopsia. La columna de esta semana va ser muy picadita, como una hamburguesa kobe de Hannibal Lecter, hay varios temas a tratar...
Me gustaría que los alcaldes de Palma y Santanyí —Toni Nogera y Llorenç Galmés; el primero, mesero; el segundo, pepero— quedaran para tomar un café, o una caña, o una piña fresquita o lo que les diera la gana. Sería bueno que hablaran como colegas con vara de mando y aclararan de una puñetera vez qué hacemos con los vándalos que andan por ahí pintarrajeando fachadas, rocas, monumentos y demás mobiliario urbano. Digo yo que cada uno manda en su casa, pero resulta extraño que dos municipios de una isla tan pequeña como Mallorca vayan cada uno por su lado. Me explico... En Santanyí han pillado a dos turistas alemanes de 19 y 20 años con una bolsa de botes de pintura y una cámara de vídeo. Los muy torreznos iban por ahí en plan grafitero guay del Bronx años 80 decorando paredes y rocas de la costa de Cala Figuera. Y para inmortalizar su ejercicio intelectual se grababan en vídeo con la intención, según parece, de triunfar en las redes sociales. Las vacaciones les van a salir caras, pues los de Santanyí se han tomado muy en serio la tontería de los kartoffel y les pueden clavar hasta 4.000 euros de multarraca, que es lo que va a costar limpiar el estropicio. Llorenç le puede explicar a Toni cómo van las cosas cuando te pones chulito y pintas cosas que no deberás tocar. Así, a lo mejor, el Ayuntamiento de Palma aprende y le casca una multa a los niñatos de Arran a los que todo les sale gratis y además les ríen las gracias.
Ya que han salido los tontainas de Arran en la conversación... Lo flipo con la Obra Cultural Balear. No sé qué tabardillo les ha dado esta semana que se han puesto a sacarse los ojos los unos a los otros en la sacrosanta casa del pancatalanismo isleño. Dicen que Josep de Luis, el jefazo de la cosa, se ha pagado con fondos de la entidad un viaje familiar a Barcelona. A mi me huele a que hay mierda en las alcantarillas porque llevan años tirando la pasta de las subvenciones que usted y yo pagamos y nunca había pasado nada. Miren, a mí la OCB me gusta menos que la piña en la pizza, pero Josep me cae bien y creo que es una buena persona. Poco o nada comparto con él, aunque le respeto y le tengo en alta estima. Llegué a pensar que sería la persona que llevaría a la OCB por el camino del independentismo ilustrado, si es que tal concepto puede existir más allá de la teoría que todo lo aguanta. Josep me ha defraudado... Se ha fotografiado con los barandas de Òmnium Cultural y Acció Cultural del Pais Valencià en la puerta de la cárcel de Lledoners porque allí está entalegado Jordi Cuixart. Las tres asociaciones han decidido nombrar führer a Cuixart que está en el trullo por sedición. No, Josep, així no anam... ¿No hemos aprendido ya que eso del supremacismo está muy feo, casi tanto como pulirse las subvenciones?
Pero lo que de verdad me acojona es la mano rota del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. Como dicen que hay que «aprovechar el buen momento» le han dado permiso a la Paca de Inca para que nuestro Gobierno balear «vuelva a los mercados». En plata, quiere decir que el tercer Pacto de Retroceso tiene carta blanca para pedir créditos bancarios y acabar de arruinarnos, porque en estas islas lo único que sabemos hacer es lloriquear que Madrid nos roba, subir impuestos y derretir la pasta pública a la misma velocidad que se consumen los cubitos en un gintónic en agosto. Me pregunto qué coño ha pasado con la negociación del Régimen Especial de Baleares y con la financiación autonómica que decían estaba apalabrada con Montoro, ese que era ministro y que se parece horrores al Sr. Burns. Tanto Madrid nos roba y tanta lagrimilla para al final quedarnos en nada y confiarlo todo a la deuda. Se lo digo, esto va a acabar siendo un buraco negro. Espero que no se pongan espléndidos con eso de ir pidiendo dinero que otros habrán de pagar a diez meses de las elecciones.
Por cierto, aún no me he repuesto del farolazo amarillo de Toni Noguera. Se ha dejado llevar por el espíritu del GOB para llenar de jormigonako la explanada del mirador de la Seu. Por fortuna ha rectificado. Otra cosa es quién ha pagado la broma.
Acabo como he comenzado, con Patrick Bateman. Los amantes de la casquería cinematográfica estamos de enhorabuena. En septiembre se reedita American Psycho en ultra alta definición y sin censura, ahí es nada. Para abrir apetito —bueno, en realidad quita las ganas de comer— siempre pueden recurrir al original, a la novela del mismo título de Bret Easton Ellis que ya lleva casi 30 años irritando a pijillos snobs, feministas radicales, y demás gente de mal vivir. Hoy, no, otro día les hablo de ello. Esa es otra historia...