El programa de seguimiento de las mariposas diurnas se desarrolla desde el año 2001, mientras que el de las libélulas se inició en 2015, según ha indicado en una nota la Agencia Reserva de la Biosfera.
El seguimiento a las mariposas diurnas se lleva a cabo en colaboración con el Observatorio Socio-ambiental de Menorca y con el Parque Natural de la Albufera de Es Grau.
Durante el año pasado se controlaron 8 estaciones de seguimiento en las que se contabilizaron un total de 13.319 mariposas de 22 especies diferentes. Los datos de los últimos años indican un descenso que afecta a la mayoría de especies, sobretodo en prados y zonas abiertas.
Por otro lado, el seguimiento a las libélulas, en el que también colabora el OBSAM, se ha desarrollado en 6 estaciones. En 2017 se contabilizaron 3.533 ejemplares de 17 especies diferentes.
Los resultados globales ponen de manifiesto que durante los 3 años de seguimiento no se ha observado un cambio importante en la fauna de las libélulas.
Las especies de fauna invertebrada constituyen la mayor parte de la biodiversidad que existe sobre la Tierra, representando alrededor del 80 % de la biodiversidad total. Suelen ser un grupo de organismos a los que se presta menor atención que a las especies de mayor envergadura como aves, mamíferos o flora.
Las mariposas diurnas y las libélulas son indicadores naturales para evaluar las transformaciones en el ecosistema.