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Hipocresía, sexo y denuncias policiales

lunes 02 de julio de 2018, 22:00h

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La Policía Nacional ha constatado un aumento en el número de denuncias por agresiones sexuales presentadas por mujeres en los dos últimos años. El cuerpo policial considera que la movilización feminista a nivel mundial con fenómenos como el "me too" o las manifestaciones del 8-M, así como el rechazo social generalizado que ha provocado el caso de 'La manada', están animando a muchas mujeres a denunciar situaciones que antes no se denunciaban.

Es bueno que salgan a la luz comportamientos y delitos que avergüenzan a sociedades que, sobre el papel, se autodefinen como igualitarias y civilizadas. Y es muy bueno, sobre todo, que las propias mujeres tomen conciencia de su poder y den el paso de denunciar todo tipo de abusos sobre su libertad y su integridad personal.

En todo caso, aun queda mucho camino por recorrrer. Videojuegos violentos donde puntúa la violación o anuncios de prostitución en los periódicos que están al alcance de todo el mundo en los kioscos son rémoras de una doble moral que, por una parte, censura la agresión y la explotación sexual y, por otra, hace negocio con ella.

En la última encuesta de este digital, los lectores de mallorcadiario.com se manifestaban en un 67,9 por ciento a favor de prohibir los anuncios de contactos y prostitución en la prensa. Algunos medios, como 'El Periódico de Ibiza y Formentera' han dado un paso ejemplar y rechazan este tipo de publicidad. En La Rioja, hace una semana, el gobierno autonómico aprobaba modificar la ley para prohibir expresamente este tipo de contenidos. Hay que aplaudir ambas decisiones: no tiene sentido llenar páginas de opinión hablando contra la trata y la explotación sexual mientras se engrosa la cuenta de resultados con este tipo de anuncios.

Las administraciones, por su parte, empiezan a actuar contra esta hipocresía social. Si en el caso anterior era el gobierno riojano, la propia administración central alerta sobre contenidos en videojuegos que promueven estereotipos violentos y de depredación sexual contra las mujeres. Como muestra, un videojuego, del que se hacía eco este diario el lunes, en el que los jugadores obtienen mayor puntuación con violaciones y mutilaciones. El juego ya ha hecho saltar todas las alarmas en la Secretaría de Estado de Igualdad, pero es sólo un ejemplo de los muchos que se producen en este campo.

La administración estará vigilante sobre este tipo de aberraciones, pero de nada servirá si la propia sociedad no toma conciencia y deja de reproducir clichés del siglo XIX con tecnologías del siglo XXI dirigidas a los más jóvenes. Y que la conciencia social cambie está en cada uno de los agentes que la componen, desde los políticos y las empresas, a las familias y los individuos que sencillamente compran un periódico.