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Finaliza la instrucción contra Cursach por presuntas injurias graves a Penalva

Por Redacción
martes 05 de junio de 2018, 17:21h

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La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Palma ha dictado un auto con el que pone fin a la instrucción de la causa en la que se imputa al empresario Bartolomé Cursach un presunto delito de injurias graves contra autoridad por supuestos insultos al juez Manuel Penalva el pasado 19 de abril.
En el auto, la magistrada acuerda continuar la tramitación de las diligencias como procedimiento abreviado por si los hechos imputados a Cursach fueran delictivos, ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Baleares.

En esta causa se investiga si al día siguiente de salir de prisión preventiva, cuando el empresario acudió al Juzgado de Instrucción número 12 para entregar el pasaporte y firmar, insultó al juez.

La jueza da traslado de la causa a la Fiscalía para que en 10 días formulen escrito de acusación solicitando la apertura del juicio oral o el sobreseimiento de la causa o, excepcionalmente, la práctica de las diligencias complementarias.

En el auto, la magistrada desestima la petición de sobreseimiento libre realizada por la defensa de Cursach.

La jueza aprecia la existencia de "indicios racionales suficientes" de la comisión de un presunto delito de injurias como para denegar el sobreseimiento y dar continuidad al procedimiento, basándose en declaraciones de testigos que considera creíbles y "sumamente precisas".

La magistrada señala como "indicios serios y racionales", que cuando el empresario acudió al juzgado y mientras una funcionaria preparaba los trámites de la retirada de pasaporte y obligación de Cursach de comparecer, éste inició una conversación con el abogado que le acompañaba sobre las declaraciones realizadas por el juez Penalva apenas dos horas antes en la Cadena Ser, y se refirió al magistrado como "subnormal" en tres ocasiones.

Añade que el insulto lo oyeron "nítidamente" al menos dos funcionarias.

Según el auto, existen "indicios racionales suficientes" para entender que la expresión que oyeron no era "una conversación reservada" y, en especial la citada expresión "se profirió con la intención de que fuera oída por todos los presentes". Añade que cuando uno expone su conversación a terceros, no puede después sostener que era reservada.

La magistrada señala que Cursach utilizó la expresión en una conversación sobre la entrevista concedida por Penalva acerca de los problemas para proteger a los testigos en el caso Cursach, tras dos sentencias condenatorias por amenazas y coacciones a testigos y en el contexto de actuaciones contra el juez como la interposición de dos querellas en su contra y la celebración de manifestaciones.

La jueza califica la posición de las testigos al relatar los insultos "como mínimo de incómoda" y cree "inverosímil" que nadie en esa situación "y aún más un funcionario de Justicia, se invente el uso de las expresiones que se imputan a Cursach, al no obtener con ello beneficio alguno y poderle resultar problemático".

En cuanto a Cursach, la jueza indica que negó los hechos y no lo considera creíble. Su defensa alegó que el uso de la expresión "subnormal" es fruto de conjeturas descontextualizadas de las funcionarias y que en todo caso el empresario estaría haciendo uso de la libertad de expresión en una conversación privada, protegida por el secreto de comunicaciones entre abogado y cliente.

La magistrada señala que la expresión es un insulto, que resulta "objetivamente injuriosa, hiriente, vejatoria y excede toda crítica posible" y que Cursach solo podía estar refiriéndose al juez con sus injurias.

La jueza considera las injurias graves por producirse dentro de la oficina judicial, al día siguiente de quedar Cursach en libertad bajo fianza y por atentar "no sólo contra el honor personal del ofendido sino también contra su honor profesional".

La decisión no es firme y cabe recurso de apelación.
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