La recusación de Penalva abre un nuevo 'Caso Cursach'

Tres palabras escritas en un whatsapp que no procedía enviar (“hijos de puta”) han producido la pérdida de imparcialidad subjetiva del cuestionado juez Manuel Penalva, instructor del conocido como 'caso Cursach'. La Audiencia Provincial ha decidido apartar a Penalva de la instrucción del caso atendiendo más a los argumentos esgrimidos por el fiscal Anticorrupción que a los de la treintena de defensas que habían solicitado su recusación. Aún así, esas defensas, esos imputados, se dan hoy por satifechos.

Unas defensas que llegaron a echar de menos a la anterior instructora del caso, la magistrada Carmen González, que impregnó su instrucción de un estilo radicalmente distinto al exhibido por Penalva. Y esta es una de las cuestiones que se van a plantear ahora. Con Penalva apartado totalmente, ¿el juez Miguel Florit cogerá un estilo o el otro?

De oficio o a petición de las defensas, el nuevo instructor puede llevar a cabo una revisión general de la instrucción o darla por buena. Lo que sí está claro es que las defensas harán cola en su despacho para que, por poner un ejemplo, se comprueben según qué declaraciones de testigos protegidos para darles el mismo o un nuevo valor en función de lo que se pueda comprobar. Policías locales, empresarios y políticos ya están en ello.

Ya solo con esto último podemos deducir que estamos ante un nuevo 'caso Cursach', una causa que suma un tiempo eterno de instrucción en la que pueden quedar en entredicho muchas actuaciones de las llevadas a cabo hasta ahora. Todo, porque “hijos de puta” estaba acreditado con la prueba del whatsapp torpemente facilitado por la 'madame'. No se sabe si se han producido en estos años otros whatsapp o conversaciones en las que pudiera ponerse en duda la imparcialidad del instructor.

También habrá que prestar atención al encarcelamiento del empresario Bartolomé Cursach. Los motivos por los que la Audiencia le ha denegado varias veces la excarcelación son exactamente los mismos en este nuevo escenario. Pero, ¿y los motivos por los que ingresó? Pregunta a resolver en breve.

Y si ahora, todo, mucho, una parte, o poco puede estar en cuestión, bueno será recordar que aquello de que “un sumario es la Biblia” no se ajusta a la realidad. Un sumario es un cajón en el que se guardan y ordenan pruebas, testimonios, informes y diligencias. Un cajón de sastre pero ordenado. La verdad suele venir después, en un juicio.