El tonto de la autopista

Cataluña siempre ha destacado, entre otras cosas, por su red de comunicaciones terrestres, tanto por su red ferroviaria como por su red de carreteras: tuvo la primera línea de tren de la península, la de Barcelona a Mataró (1848); Barcelona fue el segundo destino del AVE desde Madrid; Barcelona goza de una de las mayores redes de Cercanías (Rodalíes) de España; ha tenido, y conserva, un lugar predominante en el desarrollo español de infraestructuras, siendo la única comunidad autónoma con todas sus capitales de provincia conectadas por la alta velocidad y también estrenó la primera autopista de peaje de toda España en el año 1970 (Barcelona-Mataró).

Es en una de estas autopistas de peaje de Cataluña, la AP-7 --E-15, donde se desarrolla el chiste del enunciado:

Un conductor desnortado en un deportivo descapotable entra en la autopista AP-7 en dirección contraria, va esquivando y esquivando coches y maldiciendo a los que conducen mal, cuando, de pronto, se interrumpe la música que emite la radio para dar un boletín de urgencia avisando que hay loco en un coche a toda velocidad en sentido contrario por la autopista AP-7, a lo que el tonto de la autopista comenta para sí: “estos de la radio siempre mintiendo, no hay uno, hay miles de coches que van en dirección contraria”.

Cada vez que me acuerdo de este chiste se me aparece la imagen de Carles Puigdemont y su patética huida a Bélgica.

Intentó presentarse de cabeza de lista de una lista unitaria independentista juntos PDeCAT, ERC y la CUP, lo que terminó en otro rotundo fracaso del expresident, intentó luego reeditar Junts pel Sí, la alianza con la que se presentaron a las anteriores elecciones la antigua Convergència y ERC, fracasó de nuevo.

Sigue diciendo que es el president de Cataluña Mientras que los jefazos independentistas han pasado de ser los guardianes de las esencias del movimiento independentista catalán a base de inflexibilidad y autoritarismo a comprometerse firmemente a actuar por las vías del diálogo y la negociación en el futuro y a la vez que, antes Carmen Foradell, y los ex miembros de la mesa del Parlament y ahora Oriol Junqueras y los exconsejeros de ERC y de PDeCAT acatan el 155 en su petición de libertad,.

Sigue tan ofuscado en su fanatismo que no ve que se están contradiciendo entre ellos, como antes se mentían unos a otros, que sus excompañeros de viaje le están dejando solo en su viaje a la nada, hasta el extremo de contradecirse el mismo en las declaraciones que hace día sí y otro también, dando bandazos dialécticos por Europa, sin el más mínimo rubor y con total sinvergonzonería, con absoluta desfachatez.

Arremete contra la organización a la que defendía pertenecer y a la que ahora dice no querer pertenecer, visto que no le hacen el menor caso y va diciendo que propiciará, en el hipotético caso de que pueda hacerlo, otro referéndum para salir de ella, cuando antes y durante su particular campaña electoral del ilegal referéndum, contra todas las opiniones, defendió que Cataluña permanecería en la Unión Europea si había una declaración de independencia.

Sigue declarándose legítimo presidente del govern de Cataluña y a la vez se presenta a las elecciones para si gana y en sus propias palabras “si resulta elegido tratará de ser investido president”.

Sigue protagonizando su esperpéntica huida hacia la nada Mientras en Bruselas junto con cuatro de sus exconsellers del Govern, instalándose en una realidad virtual; mientras en Barcelona y en toda Cataluña las instituciones catalanas funcionan con normalidad, los funcionarios cumplen con su trabajo y parte del ex Govern ha acatado de facto la destitución decretada por el Gobierno central dentro del paquete de medidas decididas al amparo del artículo 155 de la Constitución.

Lo dicho, como el tonto de la autopista, son los otros los que se han equivocado de carril.