Con lo que no contaba el delincuente era con que su fechoría no iría mucho más lejos pues un transeúnte que presenció los hechos le plantó cara. Forcejearon, pero finalmente el ciudadano consiguió reducirlo hasta la llegada de la Policía Nacional que procedió a detenerlo. El anciano se encuentra bien, sano y salvo con su dinero de vuelta.