Un PSOE roto en dos mitades

Los militantes del PSOE han devuelto la secretaría general del partido a Pedro Sánchez, quien se vio obligado a abandonarla de mala forma en octubre del pasado año en un Comité Federal dramático que exigía su cabeza. Las bases de la formación han restaurado la democracia interna, pues parece claro que aquel movimiento de determinados barones para acabar con el liderazgo de Sánchez, fue un movimiento sin el apoyo social que se requería. A pesar de todo, Sánchez ha sido capaz de convencer a los militantes de que el suyo es el proyecto que conviene al PSOE, con un fuerte viraje a la izquierda, con una oposición frontal al PP y con una cierta manga ancha para buscar los apoyos que hagan falta para acabar con el gobierno de Rajoy.

En Balears, Sánchez ha arrasado. Francina Armengol respira aliviada puesto que su cambio a última hora, de apoyar a Patxi López a hacerlo a favor de Pedro Sánchez, ha resultado ser acertado y no la deja tan descolocada, pese a que su credibilidad y fiabilidad queda en mínimos, pues alguien capaz de rectificaciones de tal calado a última hora, queda distinguida para siempre como una persona de la que no cabe fiarse.

Sánchez tiene por delante un reto espectacular: unir al partido. No será fácil, porque la ruptura es total y porque además, es dudoso que Susana Díaz y los barones que la apoyaron, vayan a ponerle las cosas fáciles a Sánchez, sobre todo si pretende estrechar lazos con Podemos o con los partidos independentistas.