Los dos han mantenido su inocencia ante el juez al que, próximamente, harán llegar "e-mails y testigos que probarán que jamás se vendió como un medicamento ni se aseguraba que curase". De hecho, han hecho hincapié en la diferencia entre medicamento y nutracéutico: éste último, un complemento alimenticio patentado y legal.
Asimismo, han negado al juez Enrique Morell que hayan utilizado una fundación sin ánimo de lucro para obtener hasta 600.000 euros de enfermos de cáncer y sus familiares, como sostiene la Policía Nacional.
El letrado de Escribà, Santiago Fiol, ha aportado al instructor un recibo en el que probaría que había comprado para un paciente un kilo del complemento alimenticio por 25.000 euros, su precio de coste, por lo que "no hubo contraprestación económica". Por tanto, dice, "no hubo enriquecimiento".
La investigación, en cambio, sospecha que los arrestados se aprovechaban de la situación de los enfermos y sus familiares y les ofrecían la supuesta cura a la enfermedad a cambio de elevados importes, a través de una fundación sin ánimo de lucro que habían creado con la que camuflaban los pagos como donaciones.
Los agentes han recogido más de una decena de testimonios y denuncias de afectados, quienes han manifestado que creían que estaban comprando un medicamento que tenía efectos curativos. Uno de los estafados llegó a abonar 25.600 euros para la cura de su hija.
SIN AUTORIZACIÓN PARA SU VENTA AL PÚBLICO
La sustancia está registrada por una empresa spin-off de una universidad balear y carecía de autorización para su venta al público, tal y como ha acreditado la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, no habiendo superado las fases necesarias para ser considerado medicamento.
Los investigadores han detectado también que los arrestados estaban intentando comercializar igualmente la venta de un medicamento contra el Alzheimer, el Dhalifort.